CDMX, Octubre 6/23.- La población debemos tomar conciencia sobre el riesgo que representan las enfermedades cardíacas, y actuar para evitarlas ya que hasta el 80 por ciento de decesos por males cardiovasculares son prevenibles.
La directora general del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” (HGM), Guadalupe Mercedes Lucía Guerrero Avendaño, refiere que en 2021 perdieron la vida 220 mil personas debido a un padecimiento cardíaco, cifra que lo ubica como la principal causa de decesos en personas de más de 55 años.
Del total de fallecimientos por problemas cardiovasculares, 80 por ciento correspondió a enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica; relacionados con la ocurrencia de una obstrucción del flujo sanguíneo al corazón, lo que derivó en infarto agudo al miocardio o angina de pecho.
El jefe del Servicio de Cardiología de esta institución, Marcelo Ramírez Mendoza, indicó que, del total de casos de enfermedad cardiovascular, 80 por ciento es prevenible a través del cambio de conductas por parte de los pacientes para reducir o eventualmente eliminar al menos alguno de los factores de riesgo.
Detalló los dos tipos de factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Los primeros son no modificables, entre los que se encuentran la edad, género e historia familiar-genética.
Los segundos son modificables, entre los cuales se ubican el tabaquismo, diabetes mellitus mal controlada, hipertensión arterial y niveles altos de colesterol.
En cuanto a los factores de riesgo no modificables, precisó que mientras mayor sea la persona, aumenta el riesgo de un evento cardíaco; existe mayor prevalencia entre hombres y la herencia también influye en algunas personas para presentar altos niveles de colesterol de manera natural, independientemente de sus hábitos alimenticios.
No obstante, en la gran mayoría de los casos “es un individuo de 55 o más años que inició con diabetes que no controló, que además fumaba, que no tuvo una vigilancia en relación a sus niveles de colesterol y por lo tanto pasaron desapercibidos, y que además es hipertenso”. Esta sinergia deriva en un cuadro de cardiopatía isquémica, conocido como ataque cardíaco.
Por lo anterior, el especialista recomendó que, a partir de los 40 años, las personas apliquen cuatro sencillas acciones para prevenir los eventos cardíacos: registro diario de la presión arterial con un baumanómetro; prueba rápida de glucosa; análisis de sangre para conocer los niveles de colesterol bueno y malo, y chequeo médico frecuente.
El responsable del Servicio de Cardiología del HGM explicó la diferencia entre un infarto al miocardio y un paro cardíaco: el primero se caracteriza por la interrupción abrupta del flujo sanguíneo del corazón, lo cual ocasiona síntomas que van desde molestia en el pecho que se percibe como opresión, con sudoración, náusea y vómito, sin necesariamente desmayo.
El paro cardíaco es cuando el corazón se detiene y puede ocurrir por un infarto, por broncoaspiración, ahogamiento o como reacción anafiláctica provocada por la alergia a un medicamento, o por enfermedad renal descompensada.
Ramírez Mendoza habló también de otras cardiopatías de naturaleza no isquémica como las enfermedades de las válvulas del corazón, estructurales, congénitas y del sistema eléctrico del corazón: arritmias e insuficiencia cardíaca.
Ante esto, es importante crear conciencia y tener claro que la mayoría de las afecciones cardíacas son prevenibles.
“Si atendemos correctamente los puntos relacionados con los factores de riesgo salvaríamos a centenares de personas que, de otra forma, estarían destinadas a que, en cinco, 10 o 15 años, estén hospitalizadas para someterse a un cateterismo o cirugía”. PdC.