Miscelánea

Despierta tu intuición

Por Bernat Del Ángel

Una animada tarde de viernes, mi hermana Sofía y sus amigas compartían una charla mientras sus hijos, entre ellos mi sobrino Josemi, jugaban en una habitación contigua. De repente, Sofía sintió una fuerte urgencia de verificar a su hijo de dos años. Al asomarse, descubrió que Josemi se ahogaba con un dulce. Rápidamente, intervino con movimientos que le devolvieron el aliento al niño. Este incidente ilustra cómo la intuición de mi hermana fue crucial al salvar la vida de mi sobrino.

¿Has tenido experiencias similares o has escuchado relatos así?

Seguro, muchos de nosotros hemos vivido o conocido situaciones impulsadas por la intuición.

La imprescindible herramienta de la intuición

Un equipo de científicos liderado por el Heartmath Institute emprendió una investigación profunda sobre la intuición.

Surgieron preguntas fundamentales: ¿Existe la intuición? ¿Cuál es su origen? ¿Es posible desarrollarla?

En colaboración con diversas universidades, entre ellas la Australian Graduate School of Entrepreneurship, se unieron para obtener una comprensión más clara de este fenómeno. La investigación empleó herramientas cognitivas y medidas electrofisiológicas, como la conductividad de la piel y el ritmo cardíaco, para evaluar a dos grupos de personas: emprendedores exitosos y no emprendedores, a lo largo de ocho sesiones. Estos resultados fueron comparados con estudios previos.

El propósito de este estudio era determinar si la intuición es un factor distintivo en los emprendedores que habían alcanzado el éxito repetidamente, ya sea en la conducción de negocios, la creación de nuevos proyectos o la identificación de oportunidades, ya sea en el momento presente o en el futuro. Los hallazgos revelaron que, de hecho, el 80% de los empresarios exitosos confiaban siempre en su intuición al tomar decisiones importantes, a diferencia de aquellos que no habían alcanzado logros significativos en sus vidas.

Un ejemplo ilustrativo es Steve Jobs, un líder que orientó su vida según los dictados de su corazón. En su discurso a los jóvenes de la Universidad de Stanford, transmitió la idea de tener el coraje de seguir el corazón y la intuición, ya que, de alguna manera, estos saben lo que realmente se quiere lograr, considerando todo lo demás como secundario.

Hay tres tipos de intuición vinculados: el conocimiento implícito, la sensibilidad energética y la intuición no local.

Conocimiento implícito: Este tipo de intuición se refiere a situaciones en las que frecuentemente no somos conscientes de que sabemos algo. Por ejemplo, después de darle vueltas a un problema sin encontrar solución, nuestro cerebro sigue trabajando de manera inconsciente, y la respuesta surge inesperadamente, como cuando estamos en la ducha o conduciendo. También se ilustra en individuos que han dedicado años a un área específica y pueden detectar sutilezas que otros pasarían por alto debido a su experiencia acumulada.

Sensibilidad energética: Esta forma de intuición se basa en la capacidad de algunas personas para percibir cambios e información en las señales del entorno a través de su sistema nervioso. Por ejemplo, la sensación de que alguien te está mirando, incluso estando de espaldas, o la capacidad de percibir cambios magnéticos o estados de ánimo en personas.

Intuición no local: Este tipo de intuición involucra conocimientos o sensaciones inexplicables que no pueden explicarse por experiencias pasadas u olvidadas.

Estudios han demostrado que este tipo de intuición es real, medido a través de ondas cerebrales y actividad cardíaca.

Un apunte curioso: Esta forma de intuición solo ocurre con personas a las que tenemos un fuerte vínculo emocional.

Para potenciar nuestra intuición, se sugiere calmar la mente y permitir que hable el corazón.

En resumen, aprender a escuchar nuestro corazón puede ser la clave para aumentar nuestra capacidad intuitiva. PdC.

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