Por Diana Quiroz
CDMX, Sept.- Microbiota, macrobiótico, probiótico, prebiótico, son términos que están como muy de moda; ya sea que las hayamos escuchado o leído en las etiquetas de productos lácteos como el yogurt o de algún alimento orgánico; uno pensaría que es lo mismo, pero resulta que no, aunque están relacionadas cada una de ellas tiene significados diferentes.
En esta ocasión nos referiremos a la microbiota. Déjenme les platico que la microbiota es lo que todos conocemos como flora intestinal, aunque también se le identifica como microflora o flora humana.
Bueno, la microbiota o flora intestinal son los microorganismos vivos o bacterias que se encuentran en el intestino o tubo digestivo y que no son dañinas, por el contrario, son benéficas para el desarrollo de nuestro sistema inmune.
Esta flora la adquirimos desde que nacemos y se mantiene estable hasta los tres años, por eso es importante la leche materna durante la etapa de lactancia, ya que la hará más fuerte.
La microbiota contribuye a tener un buen estado de salud, previene infecciones intestinales y mantiene al sistema inmunitario en alerta estimulando la producción de defensas de forma constante.
La flora intestinal o microflora realiza una serie de funciones útiles para el organismo:
- Participa en la producción de energía y vitaminas, como la vitamina K y algunos del complejo B.
- Tiene una función en la regulación del metabolismo, porque ayuda a digerir alimentos que no han podido ser procesados en el intestino delgado o en el estómago.
- Regula y fortalece el sistema inmune.
- Combate las agresiones de otros microorganismos para mantener la integridad de la mucosa.
Siempre es importante mantener saludable nuestra microbiota, pues cuando se ve alterada a causa de ciertos tipos de alimentación, edad, consumo de antibióticos, infecciones u otras enfermedades, la flora intestinal puede dar paso a patologías como la colitis ulcerosa, diarrea o gastritis, entre otras más. PdC.
Fuente: www.topdoctors.es