Todos pensamos que las pilas son contaminantes, sin embargo, es el manejo que le damos a estas cuando ya no las ocupamos lo que genera el impacto más negativo en el medio ambiente y obviamente a la salud.
Aun cuando todas las pilas tienen sustancias como mercurio, cadmio, litio y plomo, que son tóxicas para la salud y la naturaleza, éstas se vuelven más peligrosas cuando terminan su vida útil y las tiramos al bote revuelta con otros desperdicios que después terminarán en un basurero, en el campo o lo que es peor, serán incineradas.
De esta forma se convierten en residuos peligrosos, pues sus componentes químico-tóxicos al entrar en contacto con el ambiente se modifican volviéndose más riesgosos; es el caso del mercurio y cadmio que no se destruyen con la incineración, por el contrario son emitidos a la atmósfera, convirtiéndose en gases de efecto invernadero.
¿Qué podemos hacer para evitar la contaminación mediante las pilas? El Centro de Capacitación Eléctrica y Energías Alternas sugiere disminuir el consumo de pilas, evitarlas siempre que sea posible o utilizar baterías recargables.
Cuando no sea posible, entonces NO comprar pilas piratas, ya que duran menos y son más tóxicas; no tirarlas en la basura, ni en el campo, ni en la calle; evitar que lleguen a cuerpos de agua, es decir, lagos, ríos o arroyos; JAMAS quemarlas.
Lo mejor será buscar centros de recolección donde se encarguen de reciclarlas; usar, de ser posible, productos que funcionen con energía solar y eléctrica, pues además de no contaminar, son más eficientes desde el punto de vista energético.
Y para saber un poco más sobre cómo se reciclan las pilas, el centro explica que el proceso de reciclaje de las pilas es complejo y varía según el tipo de pila. Por ejemplo, las de mercurio, conocidas también como de botón, se reciclan mediante calentamiento, donde se extrae el mercurio con la condensación de los gases mercúricos.
En el caso de las convencionales, el proceso es a base de la trituración de la pila, que luego se introducen en un destilador que se calienta hasta la temperatura adecuada. La condensación, explica, permite la obtención de un mercurio con un grado de pureza superior al 96 por ciento.
De la trituración de las pilas normales se obtiene escoria férrica y no férrica, papel, plástico y polvo de pila.
Finalmente, el polvo pasa al proceso hidrometalúrgico para recuperar los diferentes metales que contiene, al cual se le añade ácido y reactivos para conseguir: grafito y bióxido de manganeso, cimiento metálico de mercurio, cobre, níquel, zinc y cadmio, disolución de sulfato de zinc y sales de manganeso.
Como ven, todos los días se aprende, y lo mejor es entender y hacer conciencia que de no darle un buen manejo a estos productos, los daños a la salud son impactantes pues las pilas contienen al menos siete elementos tóxicos para la vida humana: mercurio, cadmio, níquel, litio, manganeso, plomo y zinc.
El Centro de Capacitación Eléctrica y Energías Alternas refiere que los daños que provocan estos elementos tóxicos son: ceguera, cambios de personalidad, pérdida de memoria, daños en riñones y en pulmones, cáncer e incluso a altas exposiciones, la muerte.
Esto nos lleva a ser más conscientes y poner manos a la obra, evitar el mal uso de las pilas después de utilizarlas. PdC.