Cuando hablamos de contaminación ambiental, en lo primero que pensamos es en la polución que generan los autos y las fábricas con sus humos, gases y desechos químicos peligrosos, pero no reparamos en que también desde casa contribuimos al daño del medio ambiente. En resumen, casi toda actividad humana atenta contra la salud del planeta.
Si, como lees. Un hogar produce en promedio 7.5 toneladas de CO2 cada año; el impacto de nuestras actividades genera residuos que de no gestionarse, terminan afectando al medio ambiente y hasta nuestra economía personal.
De manera individual y desde casa podemos ayudar con el cuidado de nuestro planeta, pues resulta que desde el desperdicio de alimentos hasta el uso de electrodomésticos son fuentes de emisiones de contaminantes que podemos reducir con sencillas acciones.
Podemos comenzar con el reciclaje de envases, bolsas y residuos de alimentos. Por ejemplo, las botellas de vidrio en donde viene envasada la mayonesa o la mermelada, las podemos usar para guardar azúcar, sal, dulces, cereales, nueces, pasas, etc.
Las bolsas de papel de estraza, en las que nos dan el pan, las podemos guardar y utilizarlas para cuando hacemos frituras, son un muy buen material absorbente; así no tenemos que comprar servilletas especiales.
Los residuos del café son excelentes como desodorante para el refrigerador y congelador, absorben los olores; hay quienes dicen que también son buenos para las plantas.
Y qué decir de la separación de los residuos. Como ya lo hemos visto, clasificarlos entre plásticos, papel, vidrio, residuos orgánicos y otros. Actualmente, hay muebles hechos para mantener este orden, que te apoyarán en esta tarea y mejorarán la estética del hogar.
Los electrodomésticos se pueden reorganizar para ayudar a ahorrar energía. Por ejemplo, separar el refrigerador de los aparatos que producen calor, como el horno, lo hará más eficiente energéticamente.
Cuando se trata de la estufa, la elección entre gas y electricidad suele ser difícil. Aunque adquirir este aparato probablemente dependerá del precio y el estilo de vida, la alternativa más ecológica es la que te permita ahorrar materiales y recursos, desde el punto de vista de la fabricación.
Si tienes la posibilidad puedes adquirir una estufa eléctrica, pues según los expertos no contamina como las de gas. Así los utensilios de cocina, selecciona los que no sean de plástico, ya sabes, tardan muuuuuchos años en degradarse.
Hay materiales que se degradan más fácil. El plástico tiene muchos productos químicos nocivos y tarda tiempo en descomponerse, por lo que genera problemas de desechos en los vertederos, en su lugar, opta por el acero inoxidable o hierro fundido.
El agua es un recurso muy preciado. Desafortunadamente, nuestro suministro de agua potable se reduce día a día debido al cambio climático y la contaminación, por lo que elegir un grifo de bajo flujo para ahorrar la mayor cantidad de agua posible es de gran ayuda.
Respecto a la iluminación, debemos tener cuidado y comprar focos ahorradores. Las bombillas LED son mejores alternativas a las tradicionales, que usan hasta un 90 por ciento menos energía y duran 25 veces más.
Que no se nos olvide el uso de líquido y detergentes para la limpieza del hogar; comprar aquellos que no sean agresivos con el medio ambiente, pero sobre todo evitemos mezclarlos, pues en nuestro afán de mantener nuestro hogar impecable, los combinamos, y sin saber estamos creando residuos químicos peligrosos que contaminan al irse al drenaje.
Como ves, sin darnos cuenta también nosotros contaminamos desde casa; de hecho, según los ambientalistas, es la cocina la que genera la mayor cantidad de desechos que cualquier habitación del hogar. PdC.
Foto de Shvets Productions.