Si alguna vez te has preguntado cómo saber si la miel que se consume es cien por ciento pura, aquí te vamos a contar qué hacer para despejar la incógnita, para que cuando la compres en el supermercado, en la tienda naturista o con el vendedor ambulante te vayas satisfecho que es miel de abeja y no artificial.
Marcador de autenticidad
Para empezar, has de saber que la cristalización es el mejor sello de autenticidad. La cristalización, un proceso natural, es un signo inequívoco de pureza.
Mientras que la miel pura experimenta este cambio a un estado sólido o semisólido granulado con el tiempo, los productos adulterados tienden a permanecer líquidos. La cristalización, por lo tanto, se convierte en un marcador de autenticidad.
Otra forma de saber si es miel auténtica, cuando la compres en el centro comercial lee la etiqueta y asegúrate que no tenga la leyenda “jarabe de alta fructosa”, ya que éste es un aditivo que generalmente es usado en los refrescos. En la miel es utilizado para que mantenga su consistencia espesa.
También es importante que sepas que la miel pura de abeja no tiene fecha de caducidad ya que cuenta con una excelente perdurabilidad si se conserva adecuadamente, tal vez con el tiempo pierda un poco de aroma, pero se puede ingerir sin temor a que haga daño.
Por otra parte, la miel pura al sumergirse en agua debe mantenerse unida y sólida. Para comprobar esto, toma una cucharada de miel y colócala dentro de un vaso con agua, sí se disuelve, quiere decir que no es miel pura de abeja.
Ahora ya sabes cómo asegurarte que la miel que compres no está adulterada. PdC.
Con información del blog de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Foto de Pixabay.