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Mujeres en la Independencia II

Continuamos en el mes de la patria hablando de mujeres que estuvieron “al pie del cañón” como decimos, que no se amilanaron, pero que no se han reconocido como se debe.  Y sin más preámbulo les cuento de las siguientes guerreras:

María Fermina Rivera

Combatió junto con su esposo, el coronel insurgente José María Rivera, lo acompañó a los campos de batalla formando parte de las fuerzas de Vicente Guerrero. Tuvo que luchar con hambres terribles, caminos fragosos, climas ingratos y cuanto mal padecieron sus compañeros de armas.

En ocasiones agarraba el fusil de algunos de los muertos o heridos y sostenía el fuego al lado de su marido “con el mismo valor, energía y decisión que tuviera un soldado veterano”. No se sabe con exactitud la fecha de su muerte, una fuente indica que fue en acción en la lucha en Chichihualco, defendiéndose al lado de Vicente Guerrero, en 1821.

María Herrera

Huérfana de madre, quemó su hacienda para no proporcionar recursos a los realistas. Alojó en su rancho del Venadito a Francisco Javier Mina y ambos fueron ahí apresados por el enemigo.

Gertrudis Bocanegra

Luchó por la patria. Como sabía leer y escribir sirvió de correo de los insurgentes en la región de Pátzcuaro y Tacámbaro. Fue enviada a Pátzcuaro y fue descubierta, hecha prisionera y sometida a tortura para delatar a los guerrilleros, fue enjuiciada y encontrada culpable de traición. Salvó, junto con su esposo, a Francisco Javier Mina y a otros caudillos en más de una ocasión. Murió fusilada en Pátzcuaro el 11 de octubre de 1817.

Otras heroínas

María Petra Teruel de Velasco protegió a los insurgentes presos. Ana García acompañó a su esposo Félix a la guerra y lo salvó de dos sentencias de muerte.

Las hermanas González, de Pénjamo, sacrificaron su fortuna y derribaron su casa para unirse a la lucha.

Las hermanas Moreno, así como Francisca y Magdalena Godos, de igual forma hermanas, que durante el sitio de Coscomatepec hacían cartuchos y cuidaban a los heridos.

En Guerrero, durante el sitio a Tlacotepec, cuando el hambre era angustiante para los insurgentes, ante el general Nicolás Bravo se presentaron Antonia Nava y su amiga Catalina González, al frente de un grupo de mujeres. “No podemos pelear, pero podemos servir de alimento para que sea repartido como ración a los soldados”, dijo Antonia e intentó herirse con un puñal.

Todos impidieron la acción y el desaliento desapareció de los soldados. Las mujeres se armaron de machetes y garrotes y salieron a pelear con el enemigo.

Ahora veamos a mujeres que no se tiene datos de ellas, pero lucharon por la independencia.

Nadie recuerda cómo se llamaba, pero sí que era esposa de Albino García y montada a caballo, sable en mano, entraba la primera a los ataques animando con su voz y ejemplo a los soldados.

En Soto La Marina, Tamaulipas, durante el sitio que sufrió la localidad, fue una mujer quien tuvo el arrojo y en medio de una lluvia de balas salió en busca de agua.

Igual valentía mostró otra mujer en Huichapan que se quedó sola frente a los soldados enemigos quienes, asombrados, decidieron conservarle la vida.

Con el general Mina llegó al país una francesa de apellido La Mar, quien cuidó a los heridos, fue aprisionada varias veces y obligada a trabajos forzados.

No cabe duda de que la historia de nuestro país no solo la escribieron los hombres, sino que las mujeres participaron y no se amilanaron en acudir a las armas y luchar por lograr nuestra independencia.

Orgullosa de ser mujer y de las mujeres que formaron nuestra patria y que no han sido reconocidas. CM/PdC.

Fuentes: Con información de Wikipedia y Cimanoticias.

 

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