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Alimentación, clave para prevenir males cardiovasculares

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que en 2015 murieron 17,7 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, cifra que representa el 31 por ciento de todas las muertes registradas en el mundo. Lo que lleva a considerar a la alimentación como fundamental para mantener una vida saludable.

Tener un estilo de vida satisfactorio es importante para prevenir y tratar las enfermedades cardiovasculares y de sus factores de riesgo.

Y es que como dijera la diplomada en Nutrición Humana y Dietética, Mónica Carreira, las enfermedades cardiovasculares son actualmente la principal causa de mortalidad en la población adulta de los países desarrollados.

En la actualidad está ampliamente demostrado el papel fundamental que juega lo que uno come, ya sea porque nos protege o porque nos puede perjudicar, sobre todo porque se pueden desencadenar problemas cardiovasculares.

La especialista en Nutrición Pediátrica y Deportiva explica que los padecimientos cardiovasculares son un grupo de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se incluyen: los accidentes  cerebrovasculares: trombosis, embolia, hemorragia; Cardiopatía coronaria, Artropatía periférica, Cardiopatía reumática y Cardiopatía cognitiva.

Los accidentes cerebrovasculares y los ataques al corazón suelen ocurrir debido a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro.

La causa más frecuente es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan estos órganos.

Independientemente del diagnóstico y tratamiento oportuno, la actividad física y la alimentación es vital para prevenir y tener mejores expectativas ante estas enfermedades.

La dieta tiene una relación directa en la arteriosclerosis y ejerce influencia sobre otros factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, la obesidad o la diabetes.

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SNEC) ha formulado unas recomendaciones y objetivos nutricionales para la población general dirigidos a disminuir la incidencia de enfermedades cardiovasculares:

*Una ingesta total de grasa inferior al 30 por ciento del aporte energético, pudiendo ser de 35 por ciento en el caso de consumo habitual de aceite de oliva.

*Una ingesta de ácidos grasos saturados inferior al 10 por ciento del total de energía de la dieta.

*Un colesterol inferior a 300 mg/día.

De acuerdo a la especialista, lo que no debe faltar en la alimentación es el consumo de fibra entre 20 y 30 gramos diarios que se encuentran en las legumbres, fruta, verduras y cereales integrales.

Además consumir tres piezas de fruta entera diarias, incluir un cítrico; dos raciones de verdura/hortalizas al día, una de ellas debe ser cruda; legumbres al menos dos por semana, cocinadas con verduras y evitando grasas saturadas.

Optar por cereales integrales en la alimentación habitual: arroz integral, pasta integral; comer carne roja máximo una vez a la semana. Consumir pescado de tres a cuatro veces por semana, dos de ellas debe ser pescado azul como sardina, atún o salmón.

Cocinar y aliñar con aceite de oliva virgen extra; consumir frutos secos entre 4 y 7 veces a la semana, 1 puñado al día de frutos secos naturales o tostados.

Evitar los dulces como azúcar, caramelos, pasteles, pan, zumos de fruta azucarados, refrescos azucarados, etc.

Por supuesto, además de una adecuada alimentación no debemos olvidarnos de la importancia de la actividad física de forma regular, con el fin de mantener un correcto estado de salud y un peso adecuado.

Evitar el tabaco ya que es un grave factor de riesgo en la aparición y desarrollo de la enfermedad cardiovasculares.

Y no pasar por alto el consumo de antioxidantes como la vitamina E, los betacarotenos, y la vitamina C que previene el deterioro en los vasos capilares pudiendo mejorar la salud cardiovascular. PdC. 

 Foto de Oyster Haus.

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