Si creías que el arroba nació con las computadoras, pues qué crees, resulta que no es así. No te imaginarías que unos monjes serían los primeros en usar ese símbolo que actualmente utilizamos en los correos electrónicos o para no duplicar los sustantivos por género, es decir, para que de un solo jalón escribamos por ejemplo, todas y todos, quedando así: tod@s.
Pues sí, justamente fueron los monjes copistas de la Edad Media, quienes comenzaron a usar la arroba @, con la que representaban la preposición latina ad (a, ante, contra, hacia, por); si tú pensabas que era un invento de los creadores de las computadoras, pues no es así.
Lo que sí es que el símbolo empezó a sernos familiar a partir de la aparición de internet; el lenguaje informático lo devolvió a la vida en el correo electrónico, que se usa para separar el nombre del usuario y el proveedor.
Aunque también en los últimos años se ha adoptado para tratar de representar un lenguaje inclusivo o incluyente, no sexista. Por ejemplo, para no duplicar los sustantivos por género, hay quienes han optado por escribir «tod@s».
Luego de la Edad Media, se encontró de nuevo como unidad de medida. Sebastián de Covarrubias la registra a principios del siglo XVII como «peso de veinte y cinco libras» y, como acepción complementaria, «que vale quarta parte».
En su camino por la lengua inglesa, el símbolo tomó un sentido similar al del uso latino, pues de hecho era la traducción más común de ad (at, en inglés). En el siglo XIX los lenguajes de contabilidad y física la adoptaron con el significado de «en»: gracias a ello pervivió en las máquinas de escribir.
Fue hasta los últimos años del siglo XX cuando el internet le trajo una nueva función a la arroba: Ray Tomlinson, el creador del primer sistema de correo electrónico, adoptó el símbolo que desde entonces es de los más populares. PdC.
Fuente: Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición.