Cuando la pronunciación y articulación de las palabras no es la correcta en los pequeños a los cuatro o cinco años de edad.
Los niños empiezan a hablar con una mala pronunciación. Cuando somos pequeños cometemos errores en fonemas y estructuras gramaticales, lo que es totalmente normal.
La madurez, el crecimiento y la gran capacidad de aprender hacen que, en unos años, nuestro lenguaje sea pulido y correcto. Es a partir de los tres años cuando tenemos una mejora significativa en la pronunciación y en la organización del lenguaje.
Por lo tanto, a partir de los tres años de edad, cuando somos niños, nos expresamos de manera fluida y se nos entiende perfectamente.
Perooo, se sospecha que un niño presenta dislalia cuando la evolución del niño no es la esperada en la pronunciación y articulación de las palabras, explica la especialista en Pediatría, Esther Martínez.
Recordemos que la dislalia es un trastorno del lenguaje que afecta a la articulación de éste, en lo que a la pronunciación de algunos fonemas se refiere, y existen dos tipos de dislalia infantil: funcional o evolutiva y orgánica.
La funcional o evolutiva es la más frecuente. Se caracteriza por el mal funcionamiento de los órganos implicados en la articulación de los fonemas.
Algunos ejemplos serían los cambios de fonemas al hablar como la “R” por la “S” o la “S” por la “Z”.
Cabe señalar que todos los niños presentan este tipo de alteraciones en los primeros años de su vida, pero es a partir de los cuatro años cuando se puede hablar de dislalia.
La orgánica provoca una dificultad en el lenguaje debido a problemas orgánicos, que englobarían anomalías del sistema nervioso central o bien malformaciones de algún órgano del aparato fonador.
De acuerdo a la experta, quien escribe en CanalSALUD de Mapfre, los trastornos más frecuentes asociados a la dislalia son:
*Disglosias: un trastorno de la articulación de origen no neurológico, provocado por malformación o lesión de los órganos fonatorios.
*Disartrias: es un trastorno del sistema nervioso central y se caracteriza por una pérdida del control motor.
*Dislalia audiógena: el niño pronuncia mal porque no oye bien, es decir, el origen es un problema auditivo. Si el niño no oye correctamente, no es capaz de reproducir los sonidos bien.
¿Qué hacer si se sospecha que nuestros pequeños pueden tener este trastorno? La especialista refiere que el profesional que los puede evaluar y proponer un tratamiento adecuado es el logopeda, quien diagnostica, rehabilita y previene los trastornos de la comunicación humana.
Es importante insistir en la importancia de la atención temprana y del diagnóstico precoz para evitar problemas de socialización o burlas derivados de este y el daño en la autoestima que esto puede producir. PdC.