Miscelánea

Ancestral como nuestros orígenes: el Águila Real

Aquila crysaetos, para la ciencia; itzcuauhtli o cuauhtli en voz náhuatl y weerika en huichol, para el común de nosotros, Águila Real. Especie que se encuentra en categoría de protección por su importancia en todos los sentidos: ambiental, cultural y por ser símbolo de nuestros orígenes.

Majestuosa como ella sola surca los cielos con sus 66 a 102 centímetros de largo con una envergadura que puede alcanzar los 234 centímetros y un peso aproximado de 2.5 y 6.35 kilogramos.

Sea hembra o macho construye en árboles o acantilados de difícil acceso de dos a tres nidos a manera de plataforma en los que intercala hojas y ramas gruesas de arbustos que recubre con material fino, y los utiliza alternativamente.

La hembra pone de uno a cuatro huevos entre enero y principios de febrero, incluso en marzo, y tras una incubación de 43 a 45 días nacen los aguiluchos que se mantienen en el nido entre 72 y 84 días antes de emprender su primer vuelo a mediados de julio y agosto.

Esta ave, que nos ha dado identidad y ha volado al más alto pedestal de la patria: el escudo nacional, se distribuye en zonas áridas, semiáridas y montañosas de prácticamente en la mitad de nuestro territorio.

En los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro y Oaxaca.

Se calcula que habita el territorio nacional desde hace 10 millones de años, y hoy se tiene registro del águila dorada en más de 31 Áreas Naturales Protegidas de México.

Entre ellas: la Reserva de la Biosfera Sierra La Laguna, en Baja California Sur;  el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, y el Área de Protección de Flora y Fauna La Primavera, en Jalisco.

De 2018 a la fecha se ha documentado, solo en la Sierra Gorda de Guanajuato, el nacimiento de nueve águilas, con un éxito reproductivo del águila Real en 2022 del 75 por ciento y de 1.5 volantones (juveniles que aún no se reproducen)/nido/año.

En ese lapso los nueve ejemplares fueron captados en su etapa juvenil surcando los cielos de esa área protegida.

La presencia del águila es un indicador de la buena calidad del ecosistema, por ser una especie paraguas que favorece la conservación de la biodiversidad en zonas semiáridas del norte y centro del país.

Las zonas montañosas ofrecen el espacio perfecto para acunar una de las especies de aves más apreciadas de nuestro país y de Mesoamérica por su característica inteligencia, belleza y simbolismo para nuestras culturas originarias: el águila Real.

Desde el mito fundacional de México, los antiguos mexicanos reconocían en esta majestuosa ave la fuerza, la audacia, la valentía, la luz que encarna al Sol y desciende con gallardía como una saeta, como símbolo de energía y de iluminación sobre la Tierra.

Por eso, en febrero de 2017, el Senado de la República adicionó el artículo 60 Bis 3 de la Ley General de Vida Silvestre con el fin de que “ningún ejemplar de águila real, especie Aquila chrysaetos, podrá ser sujeto de importación, exportación, ni de aprovechamiento extractivo con fines de subsistencia o comerciales”.

En los programas de Acción para la Conservación de Especies y de Conservación de Especies en Riesgo, vigentes, se incluye al águila Real por la relevancia para la biodiversidad, los ecosistemas y las culturas originarias de México. PdC.

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