Se ha encontrado que la detección en el primer trimestre, los cuidados y la práctica de hábitos saludables disminuyen entre 30 y 50 por ciento el número de casos de diabetes en el embarazo y evita complicaciones para la madre y su hija o hijo.
Se trata de un padecimiento asintomático, por lo que sólo se detecta mediante un tamizaje entre las semanas 24 y 28 de embarazo, y consiste en administrar una carga de glucosa oral seguida de la medición de glucosa en sangre en distintos tiempos.
¿Cómo ocurre la diabetes gestacional?
La diabetes gestacional ocurre cuando hay elevación de la glucosa en sangre, provocada por los cambios hormonales y metabólicos en el embarazo en mujeres con factores de riesgo adicionales.
Esta enfermedad se presenta mayormente en mujeres mayores de 30 años, con sobrepeso y obesidad antes de la gestación, prediabetes, resistencia a la insulina, diabetes mellitus gestacional en un embarazo previo o antecedentes familiares de diabetes en primer grado.
La diabetes durante el embarazo puede ocasionar complicaciones como preeclampsia, nacimiento pretérmino, ruptura prematura de membrana, mayor cantidad de líquido amniótico o alteraciones del crecimiento fetal.
Después del parto, la mujer puede permanecer con alteraciones de la glucosa como prediabetes o diabetes manifiesta, señala la coordinadora del Departamento de Endocrinología del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes”, Nayeli Martínez Cruz.
La especialista explica que la persona recién nacida de una madre que cursó con diabetes gestacional puede tener peso inadecuado, desarrollar hipoglucemia neonatal (disminución de los niveles de glucosa) y presentar problemas respiratorios al nacimiento.
Las mujeres con diabetes gestacional requieren mayor vigilancia médica durante y después del parto, en comparación con quienes tienen un embarazo normal.
Esto, acompañado de la necesidad de medición de los niveles de glucosa en sangre antes y después de ingerir alimentos.
Las pacientes embarazadas con diabetes gestacional reciben atención nutricional para controlar los niveles de glucosa y, de ser necesario, se prescriben fármacos orales como metformina e insulina.
La forma más efectiva de prevención es planear el embarazo para llegar en las mejores condiciones de salud, peso corporal y nutrición, y asegurar una ganancia adecuada de peso durante la gestación.
“Las mujeres que inician el embarazo con peso normal pueden incrementar entre 12 y 16 kilos durante los nueve meses de gestación, y quienes inician con exceso de peso como obesidad, se sugiere una ganancia entre cinco y nueve kilogramos”.
Después del parto, 10 por ciento de las mujeres permanecerán con diabetes mientras que 90 por ciento restante regresará a tener niveles normales de glucosa, por lo que es importante realizar nuevos estudios de glucosa dentro de los primeros tres meses del alumbramiento para detectar a aquellas mujeres que necesitarán mantener los cuidados después del parto.
“Ahí, no termina el riesgo, pueden salir bien después del nacimiento, pero en un plazo de tres a 10 años es posible que desarrollen diabetes tipo 2 por el hecho de haber tenido diabetes gestacional”, señala la especialista. PdC.
Con información: Comunicado de prensa 097 de la Secretaría de Salud.
Foto de Pavel Danilyuk.