El ácido hialurónico es un componente del organismo que forma parte de las articulaciones (cartílago), del ojo y de la piel. Se trata de una sustancia viscosa con propiedades de lubricación e hidratación.
El ácido hialurónico es una sustancia viscosa que lubrica e hidrata, y que forma parte de las articulaciones, del ojo y de la dermis. Es muy utilizado en medicina estética y en diferentes especialidades como en dermatología, oftalmología y en enfermedades osteoarticulares.
Sus funciones en las articulaciones
Forma parte del líquido sinovial y sus funciones incluyen:
- Protección mecánica articular debido a sus propiedades viscoelásticas.
- Efecto antiinflamatorio local.
- Mejora las estructuras y función del cartílago articular.
- Mejoría de la biomecánica y de la fuerza muscular gracias a las propiedades anteriores, así como disminución de la sobrecarga articular.
- En la piel tiene una gran capacidad de retención de agua favoreciendo la hidratación y elasticidad de la piel.
- En el ojo forma parte del humor vítreo (estructura que ayuda a mantener la parte del ojo), manteniendo elasticidad e hidratación del mismo.
Aplicaciones médicas
Los diferentes usos del ácido hialurónico en medicina se encuentran dentro del área de la reumatología, traumatología, medicina estética y oftalmología.
*Medicina estética: uso para rejuvenecimiento facial. El ácido hialurónico se utiliza como rellenos faciales para la eliminación de arrugas, ojeras y en zonas con pérdida de volumen.
Se administra mediante infiltraciones, es decir, se inyecta sobre la zona a tratar. Existen distintos tipos de ácido hialurónico comerciales para este uso.
Esta práctica no está exenta de riesgo ni de efectos secundarios, desde leves (enrojecimiento, hematomas, irritación) hasta otros más graves como bultos/endurecimiento sobre la zona tratada.
Se debe informar al paciente sobre todos los riesgos y efectos secundarios posibles y estos procedimientos deben realizarse por profesionales sanitarios con formación adecuada, así como la utilización de productos con registro sanitario destinados a este uso.
*Dermatología: se utiliza en úlceras bucales para alivio de los síntomas y favorecer la cicatrización.
*Oftalmología: Se utiliza en diversos tipos de cirugía oftalmológica (cataratas, desprendimiento de retina…). Se inyecta en el ojo durante la intervención para ayudar a reemplazar los fluidos naturales. También se emplea como humectante en colirio para la sequedad ocular.
*Enfermedades osteoarticulares: artrosis y traumatismos. En el campo de la reumatología y la traumatología se ha generalizado el uso de ácido hialurónico.
Entre las diferentes indicaciones se ha establecido su utilización por eficacia clara en la artrosis de rodilla, donde existe mayor experiencia clínica y donde se han realizado mayor número de estudios científicos.
Se ha visto que ejerce una protección mecánica, tiene efecto antiinflamatorio local y parece que mejora la estructura y función del cartílago y los condrocitos.
El ácido hialurónico se administra en forma de infiltración (inyección) intraarticular y sobre todo se ha observado una disminución del dolor y mejoría de la funcionalidad de la rodilla en los pacientes tratados. Generalmente se recomienda infiltraciones periódicas cada 6 o 12 meses con un tipo de ácido hialurónico aprobado por la Agencia del Medicamento y destinado a ese uso.
Su aplicación en otras articulaciones como la cadera y el tobillo todavía no ha demostrado un beneficio. Tampoco existe evidencia clara de su eficacia respecto a su uso en traumatismos ni la administración por vía oral. PdC.
Con información de la doctora Eva Ormaechea, especialista en Medicina Intensiva en CanalSALUD.