¿Sabías que la anemia y las deficiencias micronutricionales que aquejan a miles de personas en gran parte del mundo, son conocidas como hambre oculta?
Las cuales tienen serias repercusiones en el desarrollo cognoscitivo, el crecimiento y la resistencia física de los infantes, además reducen la resistencia a las infecciones.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, se estima que en México 2.8 por ciento de los niños y niñas, menores de cinco años, presentan bajo peso; 13.6 por ciento muestra talla baja y 1.6 por ciento, desnutrición aguda.
Además, nuestro país ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, por lo que este es un problema que está presente no sólo en la infancia y la adolescencia, sino también en población en edad preescolar.
Según datos del INEGI, en 2020, poco más de una quinta parte de niñas y niños con menos de cinco años tenía riesgo de padecer sobrepeso en 2018; y de la población de cinco a 11 años, 18 por ciento tiene sobrepeso y este índice va en incremento, conforme aumenta la edad.
Dado este panorama es que en el Senado (@senadomexicano) se pide poner en marcha un programa de alimentación para los estudiantes de nivel básico, con el fin de revertir los daños que causa el llevar una dieta deficiente en nutrientes.
Y es que en la actualidad, México no cuenta con un programa nacional consolidado y con recursos presupuestales para la prevención de la mala nutrición, que pueda contribuir a mitigar el impacto económico que la pandemia de Covid-19 tendrá en el estado de nutrición y salud de este grupo poblacional.
Es por ello que la senadora María Antonia Cárdenas Mariscal impulsa un proyecto para reformar la Ley General de Educación y establecer que en cada ciclo escolar se ponga en marcha un programa de alimentación para estudiantes de nivel básico, nutritiva, suficiente, de calidad y gratuita.
Cárdenas Mariscal considera que los programas de alimentación escolar aumentan la matrícula y la asistencia de los estudiantes a las escuelas, y reducen las tasas de deserción, en especial de las niñas.
Pero también advirtió que las niñas y los niños con desnutrición crónica tienen una mayor susceptibilidad a las infecciones, retardo en el crecimiento físico y desarrollo cognitivo, así como menor rendimiento escolar.
Además de mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y enfermedad coronaria a lo largo del curso de la vida, menor productividad y potencial de ingresos en su vida adulta. PdC.
Foto de Cats Coming.