El Instituto Nacional de Cancerología aplica técnica de trasplante de médula ósea que brinda 80 por ciento de posibilidad de sobrevida, además de ser ambulatorio, reduce el tiempo de hospitalización e incrementa la cantidad de pacientes intervenidos.
Especialistas del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) realizaron por primera vez un trasplante de médula ósea denominado ambulatorio, que reduce los tiempos de hospitalización de cuatro semanas a una, y logra una supervivencia mayor a 80 por ciento.
La jefa del Departamento de Hematología, Brenda Acosta Maldonado, explica que el trasplante que más se lleva a cabo es el autólogo, en el que las células progenitoras hematopoyéticas o células madre provienen de la misma persona que recibirá la intervención; es decir, el paciente es su propio donante.
Este tipo de intervención aplica para el tratamiento de mieloma múltiple, linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin en personas sin seguridad social. Aumenta la disponibilidad hospitalaria, disminuye tiempos de espera e incrementa la cantidad de pacientes intervenidos.
Con apoyo de un equipo multidisciplinario conformado por las áreas de Hematología, Psicología, Psiquiatría, Nutrición, Rehabilitación e Infectología, se somete al paciente a un programa de prehabilitación, donde recibe todas las herramientas para que esté en las mejores condiciones de recibir el trasplante.
La jefa del Departamento de Hematología explicó que con el trasplante ambulatorio se logra que el mieloma múltiple, una enfermedad incurable, pueda controlarse por largo tiempo y mejore la calidad de vida del paciente.
El especialista adscrito a la Unidad de Trasplantes de Médula Ósea del INCan, Rubén Solís Armenta, refiere que la persona candidata a un trasplante autólogo ambulatorio es sometido a revisión de su estado de salud y al proceso llamado prehabilitación.
Que consiste, explica, en mantener al paciente en un albergue donde utiliza un purificador de aire para disminuir las posibilidades de infección. También cuenta con instrumentos para medir presión, frecuencia cardiaca y oxígeno en sangre.
La persona cuidadora recibe capacitación para medir signos vitales y suministrar medicamentos, y el equipo médico supervisa tres veces al día para llevar un estricto control del estado de salud del paciente.
La psicooncóloga Liliana Rivera Fong señala que los pacientes seleccionados no deben presentar problemas psicológicos o psiquiátricos como ansiedad o depresión antes de su ingreso a la unidad de trasplante, debido a que estas condiciones pueden poner en riesgo la adherencia a las medidas de aislamiento y de higiene.
En caso de tener antecedentes de algún problema de salud mental, tanto el paciente como la persona cuidadora reciben atención especializada para el desarrollo de competencias para afrontar el procedimiento.
Los pacientes sometidos a un trasplante autólogo ambulatorio requieren estar aislados y con nulo contacto físico; además es necesario que cumplan requisitos de autocuidado como enjuagues bucales cada hora, baño diario, actividad física y alimentación adecuada para la buena adherencia al tratamiento y recuperación exitosa.
Cada año, el INCan atiende 600 pacientes con alguna neoplasia hematológica; de ellos, 200 pueden ser candidatos a trasplante de médula ósea.
Gabriela, de 45 años y con diagnóstico de mieloma múltiple, fue la primera paciente que se sometió a un trasplante ambulatorio; no presentó complicaciones ni requirió transfusión.
En el INCan también se realiza el trasplante alogénico, cuando el donador es algún familiar genéticamente compatible con el paciente. Este tipo de procedimiento se aplica para el tratamiento de enfermedades más agresivas, como leucemia aguda mieloide y aguda linfoide.
La Secretaría de Salud cuenta con una red de hospitales federales y regionales e institutos de especialidad donde las personas con algún tipo de cáncer y que no cuentan con seguridad social pueden tener acceso a servicios de especialidad para recibir atención integral. PdC.