Si eres de los que acostumbra a tronarse los dedos, no precisamente de nervios ni como señal de rapidez, sino más bien de estirarlos hasta que truenan, ¿alguna vez te has preguntado por qué suenan así?
Pues resulta que las articulaciones, estructuras donde se unen dos huesos, crujen debido a un fenómeno llamado cavitación que se da cuando se estira la articulación de manera forzada.
La acción del estiramiento genera una zona de presión negativa dentro de esa articulación que, a su vez, provoca que los gases disueltos en el líquido sinovial, especialmente el nitrógeno, pasen de estado líquido a gaseoso.
Porque has de saber que el líquido sinovial está dentro de la cápsula articular que envuelve la articulación como una bolsa y actúa de lubricante para los movimientos articulares.
Como consecuencia se acumulan burbujas de gas dentro de la articulación, que estallan y producen el típico sonido que oímos al crujir los dedos.
Esta maniobra baja la tensión de la articulación, deja el espacio articular más amplio y con mayor rango de movimiento, explica la doctora Miriam Anglada Oriol, quien escribe en CanalSALUD, blog referente en el mundo de la medicina.
En su publicación señala que normalmente hay que dejar pasar unos 15-20 minutos para que las burbujas microscópicas se disuelvan otra vez en el líquido sinovial y el espacio articular se retraiga a su posición habitual.
Ahora, te preguntarás ¿será bueno tronarse los dedos?, una costumbre que resulta frecuente pues lo hace entre un 25 y un 50 por ciento de las personas como una forma de desentumecer las articulaciones.
Existe la idea que a largo plazo tronarse los dedos puede provocar artrosis, sin embargo estudios médicos publicados al respecto no han demostrado que éste hábito provoque este mal.
La doctora refiere que los estudios han comparado personas mayores de 50 años con y sin la costumbre de crujirse los dedos y han visto que no están relacionadas con la artrosis de los dedos.
Los factores de riesgo de artrosis están más relacionados con la historia familiar, el envejecimiento, traumatismos previos o haber tenido un trabajo manual intenso, pero no con crujirse los dedos.
De todas maneras, señala Miriam Anglada, aunque no esté demostrado que provoque artrosis, el estiramiento y las posturas forzadas de una articulación de manera repetida no son buenos para los tejidos blandos alrededor de la articulación, como los ligamentos, por lo que no se aconseja hacerlo de manera repetida o compulsiva. PdC.