¿Tienes ya 40 años de edad? Entonces es el momento de ir con el especialista a una revisión ginecológica ya que el cáncer de ovario es uno de los más agresivos si no se detecta y atiende a tiempo.
Este tipo de cáncer se da cuando hay un crecimiento descontrolado de células anormales en los tejidos del ovario formando un tumor, y si tienes estos síntomas no los ignores; van desde distensión o dolor abdominal o del bajo vientre; o si tienes molestias al orinar, aumento de la frecuencia y urgencia.
Otras manifestaciones es tener estreñimiento y colitis, sangrado vaginal anormal, pérdida de apetito o saciedad temprana, cansancio excesivo, alteraciones menstruales y dolor al tener relaciones sexuales.
¿Cuáles son los factores de riesgo para padecerlo?
Inicio de la menstruación antes de los 12 años de edad, no haber tenido hijos, inicio de la menopausia a edad más avanzada del promedio, haber padecido endometriosis, tener sobrepeso u obesidad, consumo de tabaco, antecedentes familiares de casos de cáncer de ovario, mama, colon, uterino, y exposición al tabaco y al asbesto.
De acuerdo al Instituto Nacional de Cancerología (INCan), a partir de los 40 años de edad, las mujeres deben acudir cada año a revisión ginecológica para detectar de manera oportuna el cáncer epitelial de ovario, el que cada año afecta a más de tres mil mexicanas.
En la etapa inicial del tumor no hay síntomas o son mínimos e inespecíficos; esto dificulta el diagnóstico clínico, y a su vez ocasiona que entre 70 y 80 por ciento de los casos se identifiquen en fase avanzada.
Conforme crecen las tumoraciones inician los síntomas, entre los que se encuentran: dolor abdominal o pélvico, aumento del tamaño del abdomen o distensión abdominal persistente, necesidad de orinar con frecuencia, pérdida de peso, cansancio y debilidad.
Los especialistas consideran que ante la manifestación de cualquiera de esos síntomas, es necesario acudir con una persona especialista en ginecología, quien debe realizar un ultrasonido de los órganos internos femeninos, para identificar algún tipo de tumoración.
“Una paciente diagnosticada durante la primera fase de la enfermedad tiene sobrevida de hasta 90 por ciento”.
Los principales factores de riesgo para desarrollar un tumor de ovario son la edad -después de la menopausia-, tener antecedentes familiares de la enfermedad, mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2, menarca temprana o menopausia tardía, obesidad, sedentarismo y tabaquismo.
La cirugía es la piedra angular del tratamiento, seguido de la quimioterapia. Las pacientes que desarrollan tumores debido a mutaciones genéticas reciben terapia dirigida, que consiste en suministrar medicamentos diseñados para “tener como blanco” las células cancerosas sin afectar a las normales.
En el caso de la cirugía, es un procedimiento que sirve para extraer el tumor y saber la etapa de extensión; mientras que la quimioterapia son medicamentos para combatir las células cancerosas y pueden ser aplicados por vía oral o intravenosa.
Cuando se ha detectado algunos de los síntomas, acudir a la unidad médica para un diagnóstico temprano en el que se realizará una historia clínica para conocer antecedentes familiares, personales y ginecológicos; ultrasonido vaginal para visualizar los ovarios y órganos cercanos.
Además de un análisis de sangre para conocer los niveles de antígeno CA 125; examen ginecológico con el cual se indicará si hay alteración en la forma o tamaño del útero, de la vagina, de las trompas de Falopio, de la vejiga y del recto; así como una tomografía axial computarizada para determinar el tamaño del tumor.
Recordemos: “más vale prevenir que lamentar”. PdC.
Con información de la Secretaría de Salud.