¿Has escuchado el término biorretroalimentación? Aquí te platicamos que es una técnica que se emplea para controlar mentalmente las funciones vitales del ser humano como los latidos cardíacos, la presión arterial sanguínea, o la tensión muscular.
A través de ella, la persona puede enfocarse en realizar cambios sutiles en el cuerpo y lograr reducir ciertas dolencias o malestares; también ayuda a vincular los estados emocionales con el funcionamiento corporal.
La especialista en psicología clínica y psicoterapeuta familiar y de pareja en CanalSALUD, Mireia Galán comenta que sirve para tratar una gran variedad de afecciones, desde neurológicas hasta cardiovasculares, gastrointestinales o ginecológicas.
¿Qué cómo funciona?
*En una primera etapa, se realizan sesiones con el paciente, donde se le colocan sensores en el cuerpo para que pueda ir adquiriendo conciencia sobre sus procesos corporales, y entienda cómo reacciona el cuerpo frente a ciertos estados o malestares.
En función de lo que se necesite medir, los sensores pueden colocarse en los dedos de las manos, las muñecas, los lóbulos de las orejas, el cuero cabelludo o el tórax. Lo importante es que esté en contacto con la piel.
*Una vez obtenida esa información de monitoreo, un dispositivo capta las señales eléctricas del cuerpo y las traduce en una forma que el paciente pueda sentirlas, como una luz intermitente o un sonido, y los resultados pueden verlos en una pantalla en tiempo real.
*Seguidamente, se introduce una técnica, y se va viendo cómo va variando, o qué hace que el proceso fisiológico del paciente cambie para mejor.
Por ejemplo, el terapeuta puede usar una técnica de relajación para reducir el estrés y disminuir la frecuencia cardíaca, o bien pueden utilizarse los resultados dd un electromiografía (EMG), que mide la actividad muscular, para ayudar a que el paciente relaje determinados músculos que podrían estar provocando dolor o incomodidad.
El objetivo principal es que los pacientes utilicen la biorretroalimentación de los sensores con el objetivo de aprender técnicas para tener control sobre las respuestas del cuerpo y mejorar la salud.
Con el paso de las sesiones y la práctica, los pacientes aprenden a reconocer los cambios fisiológicos del cuerpo y a utilizar estrategias específicas para controlar las respuestas fisiológicas.
Por lo general, las sesiones de biorretroalimentación son alrededor de 10, y están guiadas por médicos, psicólogos o terapeutas ocupacionales entrenados.
¿En qué casos se recomienda?
Por nombrar sólo algunas: ansiedad, estrés e insomnio, dolor crónico, estreñimiento, colon irritable, náuseas, brixismo, cefaleas tensionarles y migrañas, incontinencia fecal o urinaria, diabetes Melitón, presión arterial alta y asma.
Así como alcoholismo y otros trastornos de uso de sustancias, enfermedad de Reynaud (enfermedad que afecta al suministro de sangre hacia las partes del cuerpo) y rehabilitación de accidentes cerebrovasculares.
¿Tiene contraindicaciones?
A pesar de todas las ventajas que tiene este tipo de terapia, existen algunas contraindicaciones:
*Trastornos de la piel: los sensores que se utilizan en este tipo de terapia pueden generar alergia e irritación cutánea. Por ello, si tiendes a sufrir eccemas o dermatitis es mejor que antes le preguntes al médico si es seguro para ti.
*Problemas cardíacos: si sufres de problemas con el ritmo cardíaco, es posible que la biorretroalimentación no te ofrezca resultados prometedores sobre cómo respondes, por ejemplo, al estrés.
*Pastillas para dormir: si combinas estas técnicas con algunos medicamentos, como algunas pastillas para dormir o benzodiazepinas, el efecto de los fármacos dificultaría el entrenamiento en biorretroalimentación, ya que interviene muy fuertemente en ciertos procesos fisiológicos. PdC.