Miscelánea

Un oficio muy antiguo el de barrendero

Su rutina incluye caminar, barrer, recoger, cargar y empujar. Con sus escobas hechas de ramas secas de los árboles y dos láminas adaptadas como recogedores, los trabajadores de limpia diariamente recorren las calles de las ciudades levantando miles de toneladas de basura todos los días.

¿Sabías que?

*Cada día generamos más desechos, cantidad superior de la producida por nuestros padres y abuelos.

*De acuerdo con la Secretaría de Obras y Servicios del Gobierno de la Ciudad de México, en 2022 para brindar mantenimiento a la red vial primaria se contó con dos mil 396 barrenderas y barrenderos.

*Todos ellos divididos en tres turnos (matutino, vespertino y nocturno) y 172 cuadrillas que, todos los días y de manera ininterrumpida, atienden 169 vialidades.

*Es decir que día a día caminan aproximadamente 3 mil 167 kilómetros de vías primarias donde recolectan 548 toneladas de residuos; utilizan 190 vehículos y 26 barredoras de succión.

*Para los perímetros A y B del Centro Histórico, hubo 30 cuadrillas conformadas por mil 200 barrenderas y barrenderos quienes trabajan en tres turnos.

*Diariamente se hacen cargo, en promedio, de nueve kilómetros cuadrados de superficie y juntan mil 57 toneladas de desechos.

Todo esto viene a colación porque hoy justamente en nuestro país se celebra el Día del Barrendero, un oficio muy antiguo y quienes realizan este trabajo recolectan desperdicios de origen natural como hojas o ramas de los árboles que se acumulan en calles, parques, jardines y otros espacios públicos.

Sin embargo, la mayoría corresponde a productos de la ciudadanía, por ejemplo plásticos de un solo uso como botellas de refresco y agua, o envases de comida, refiere Nancy Merary Jiménez Martínez, experta del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, con sede en Cuernavaca, Morelos.

Los trabajadores de limpia también separan materiales valorizables y, a menudo, los transfieren a centros de acopio donde pueden ser reaprovechados en las cadenas de reciclaje.

En México contamos con aproximadamente 4.3 barrenderos por cada 10 mil habitantes; aunque llevan a cabo su labor en condiciones precarias, y en ocasiones sin contar con el equipo necesario, cumplen con el trabajo promedio de eficiencia del sector establecido para nuestra región por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, enfatiza.

Por día, en promedio, barren 1.69 kilómetros; en la Ciudad de México perciben un sueldo neto mensual que va de los dos mil 300 pesos a los ocho mil 900, dependiendo de la alcaldía.

Su número, precisa, es insuficiente para atender las necesidades urbanas. Además, una cantidad considerable son trabajadores informales, es decir, no están contratados, tampoco figuran en las nóminas, de tal manera que sus ingresos provienen de las propinas que reciben o de la venta de los residuos reciclables.

La especialista en estudios socioambientales recuerda que con la pandemia el servicio de gestión integral de residuos fue reconocido como esencial; se le debe dar esa importancia en los hechos y en todos sus eslabones.

En las urbes mexicanas trabajan en todo tipo de condiciones climáticas, “llueve, truene o relampaguee”, y además tienen contacto directo con los desechos, incluso con algunos peligrosos que contienen fluidos corporales que pueden contagiarlos de alguna infección.

Su rutina incluye caminar, barrer, recoger, cargar y empujar. Hemos visto, en algunas de nuestras metrópolis, que llevan escobas no aptas para el pavimento o terracería y utilizan recogedores hechos a partir de otros desechos, como botes de plástico, láminas o placas de automóviles.

Idealmente deberían contar con un carrito recolector ligero, ergonómico, con recogedores y palas adecuados, asevera la universitaria.

A esa situación se suman las prácticas laborales poco seguras: se exponen a un riesgo constante de accidentes viales porque -en ocasiones- carecen de equipo de protección personal como chaleco u overol reflejante, además de guantes, lentes de seguridad, botas y cubrebocas, detalla Nancy Jiménez. PdC.

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