Así como las mujeres deben autoexplorarse los senos para detectar a tiempo cualquier riesgo de cáncer; los jóvenes a partir de los 18 años tienen que checarse los testículos cada mes para poder hallar de manera oportuna cualquier protuberancia o inflamación.
Y es que resulta que los tumores de próstata y de testículo se presentan en los extremos de la vida.
El de próstata en mayores de 60 años y el de testículos entre los 18 y 35; por frecuencia, se ubican en los primeros cinco sitios de las patologías oncológicas.
En ambos casos es importante que los hombres acudan a realizarse revisiones médicas para identificar de forma oportuna enfermedades crónicas como el cáncer.
De testículo…
El cáncer de testículo se caracteriza por el crecimiento celular anormal en el testículo, que provoca aumento de volumen y endurecimiento, en la mayoría de los casos las personas no presentan otra sintomatología, pues no causa molestias en etapas iniciales.
Quienes tienen entre 18 y 35 años deben autoexplorarse una vez al mes y, en caso de detectar cualquier anormalidad, solicitar atención médica con el especialista en oncología y urología.
Los factores de riesgo para desarrollar esta neoplasia son la presencia de una afección conocida como criptorquidia; es decir, cuando uno o ambos testículos fallan en su proceso de migración hacia la base del escroto.
Esta alteración se debe identificar durante los primeros años de vida y corregir a través de cirugía, para reducir el riesgo de que en la adolescencia o juventud se desarrolle el cáncer de testículo.
En caso de alguna anormalidad, el paciente es sometido a una serie de estudios de ultrasonido y análisis de sangre para determinar marcadores tumorales, tomografía y radiografía de tórax.
Los análisis permiten conocer el tipo de tumor y su grado de avance, ya que en algunos casos se disemina hacia los ganglios del área del retroperitoneo, que abarca la región lumbar y el revestimiento abdominal (peritoneo).
La primera opción de tratamiento es la cirugía para extirpar el testículo afectado; en caso de metástasis se trata con quimioterapia o radioterapia; una vez que se elimina el cáncer los pacientes deben seguir en vigilancia médica.
El tumor testicular se manifiesta en forma unilateral, por lo que no afecta la vida sexual ni causa infertilidad. No obstante, si el paciente es sometido a quimioterapia o radioterapia, podría presentar problemas de infertilidad, ya que ambos tratamientos disminuyen la calidad y producción de espermatozoides.
La autoexploración cada mes, como primer paso para prevenir el cáncer es importante, ya que en los servicios de urología y cancerología del Hospital Juárez de México se diagnostican cada año entre 50 y 60 casos nuevos de este tumor.
De acuerdo a un comunicado de la Secretaría de Salud, el diagnóstico oportuno y la valoración amplia permiten diseñar el tratamiento más adecuado, aunque la piedra angular contra este tipo de cáncer es la cirugía, la cual tiene hasta 95 por ciento de éxito en la eliminación del tumor.
De próstata…
El cáncer de próstata es un tumor maligno que se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer fuera de control; afecta principalmente a hombres mayores de 45 años.
La próstata se encuentra dentro de la pelvis, debajo de la vejiga, frente al recto y su función principal es la producción de semen.
Los síntomas de este tipo de cáncer son: dificultad y dolor para orinar, flujo de orina débil o interrumpido, sangre en la orina o en el semen, dolor persistente en la espalda, caderas y pelvis, dolor al eyacular.
Algunas técnicas de detección temprana son: la exploración rectal, la prueba de antígeno prostático específico (APE), ecografía transrectal, biopsia y estudios de imagen. PdC.
Con información del blog de la Secretaría de Salud.
Foto de Helena Lopes.