¿Habías escuchado hablar de la laponita? Quizá no porque es una arcilla sintética desarrollada por un equipo de expertos de la UNAM para favorecer la administración de fármacos y su efecto.
CDMX, Febrero 18 /24.- El equipo encabezado por María Josefa Bernad Bernad, académica de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, desarrolla este novedoso método que tiene múltiples ventajas, entre ellas su bajo costo, se degrada en el organismo y no produce algún tipo de toxicidad.
Al explicar el estudio titulado “De actor secundario a protagonista. Matrices de laponita para administración de fármacos”, la científica refiere que ese material forma discos diminutos, de aproximadamente 25 nanómetros de diámetro y nueve nanómetros de espesor.
Por ser de origen sintético, son homogéneos y tienen la capacidad de formar una especie de estructura con forma de castillo de naipes, y en su interior pueden albergar diferentes tipos de moléculas.
“Los fármacos tienen ciertas propiedades de interacción con la laponita y dependiendo de ellas se pueden comportar como un sistema de liberación lenta o controlada”; es decir, medicamentos novedosos, “con cierto grado de inteligencia”.
Los científicos estudian cada uno de los fármacos a fin de saber si la interacción con la laponita es adecuada para lograr una liberación lenta; puede ser que no ocurra, o que no haya interacción.
Hasta ahora han realizado pruebas con ácido ascórbico, dexametasona, incluso paracetamol, el primero que se probó y sirvió como modelo, entre otros.
El objetivo era obtener un sistema de liberación lenta, que atravesara las membranas fácilmente y pudiera mantener la sustancia de interés por tiempos prolongados.
Señala que mediante convenios con empresas o proyectos subvencionados, se ha trabajado hasta el momento con padecimientos específicos, entre ellos glaucoma y enfermedades inflamatorias del ojo.
Hemos considerado la laponita como una forma de aprovechar la mucosa sublingual, y al atravesarla llevar el fármaco a la circulación sin necesidad de inyecciones, simplemente elaborando un medicamento que la contenga y que esta, por su tamaño tan reducido, atraviese cierta proporción hasta el torrente sanguíneo, explica.
Actualmente, afirma María Josefa Bernad, no hay producto en el mercado con este uso, por lo que se busca patentar.
La cantidad de arcilla que se introduciría al organismo de los pacientes sería menor. “Los estudios de degradación se hicieron en animales, pero dado que la composición de la laponita es meramente inorgánica e incluye metales que existen en el organismo, llamados oligoelementos, confiamos en que el resultado sea muy similar”.
De acuerdo con la experta, hasta el momento no han detectado aspectos negativos en el innovador uso de ese material. Su potencial y ventajas no terminan ahí.
“Estamos haciendo estudios para generar, sin ayuda de otros polímeros, películas, cambiando las propiedades mecánicas, y hasta el momento hemos tenido buenos resultados”.
Ahora se avanzará a la siguiente fase: nuevos exámenes de toxicidad y aplicación en enfermedades específicas para determinar que las dosis elegidas llevan al resultado deseado, primero en animales, y hasta llegar a las pruebas en humanos.
En el proyecto participa Jesús Gracia Mora, investigador del departamento de Química Inorgánica de la FQ, y los estudiantes de posgrado Azeneth Ortega y Ramón Andrés Pineda.
La innovación se hizo merecedora a la mención de honor del Premio CANIFARMA 2023 en la Categoría de Investigación Tecnológica, que otorga la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica. PdC.
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