“Profesión peligro” es un viaje cinético a través de la lente presentándonos a los humanos más atrevidos pero a menudo menos reconocidos en Hollywood: los especialistas en acrobacias, los dobles de acción. Esta película no solo entretiene con sus secuencias llenas de adrenalina, sino que también profundiza en los costos emocionales y físicos que soportan aquellos que dan vida a nuestros momentos cinematográficos favoritos.
Inspirada en la serie de televisión de los años 80 de Glen A. Larson, “Profesión peligro” navega inteligentemente entre el homenaje y la reinvención. Donde la serie de ABC celebraba la emoción y el glamour del trabajo de acrobacias a través de los ojos de Colt Seavers (Lee Majors), un especialista en acrobacias que trabaja como cazador de recompensas, la película de David Leitch amplifica este concepto al integrar la narrativa dentro del tejido de la realización cinematográfica contemporánea. La interpretación de Ryan Gosling como un especialista en acrobacias refleja las identidades duales de muchos que trabajan detrás de escena, sirviendo como una metáfora del papel oculto pero indispensable de los especialistas en acrobacias en la industria.
“Profesión peligro” comienza con un montaje de secuencias de acrobacias, destacando el trabajo del director y pasando a las vidas de Colt Seavers y Jody Moreno (Emily Blunt), cuya relación florece en medio del mundo acelerado del trabajo de acrobacias. Cuando una acrobacia sale mal y deja gravemente herido a Colt, dejándolo fuera de la industria, se encuentra relegado a trabajar como valet ocho meses después, habiendo desaparecido por completo del negocio.
Una llamada repentina de la productora Gail Meyer sugiere que la solicitud de Jody para el regreso de Colt para una acrobacia de alto riesgo en Sydney en el set de Metal Storm. Sin embargo, al completar la acrobacia, Colt descubre la verdadera razón por la que está allí: descubrir el paradero del actor desaparecido Tom Ryder (Taylor-Johnson). Atrapado en la intriga y en una búsqueda para reavivar su romance con Jody, Colt se embarca en un viaje donde las líneas entre su vida profesional y personal se difuminan.
En medio del caos, ¿qué podría salir mal?
“Profesión peligro” atrapa en su narrativa autoconsciente e inyección de humor, acción y romance asegurando que sus secuencias de acción no sean solo visualmente espectaculares sino también fundamentadas en la trama. El guion de Drew Pearce elabora hábilmente algunos de los momentos más hilarantes de la película a partir de la casualidad.
La dirección de David Leitch muestra una comprensión clara de la dinámica espacial y la coreografía, evitando las trampas de cortes excesivos para presentar una acción que es auténtica y atractiva. Este enfoque, informado por su experiencia en acrobacias, eleva la película que es una carta de amor a la profesión y a los profesionales de las acrobacias. La inclusión de escenas que muestran la planificación y ejecución meticulosas de acrobacias sirve como una educación para la audiencia, resaltando la complejidad y el riesgo involucrados en la creación de magia cinematográfica. Es un recordatorio del mensaje subyacente de la película: el reconocimiento y la seguridad de los especialistas en acrobacias son primordiales.
Además, el énfasis de la película en la seguridad de las armas es oportuno y crítico, haciendo eco de preocupaciones recientes dentro de la industria sobre el bienestar de sus miembros. Al abordar estos problemas de frente, “Profesión peligro” subraya al diálogo en curso sobre la necesidad de un cambio sistémico, abogando por la dignidad y protección de todos los que contribuyen al proceso fílmico.
“Profesión peligro” es un tributo divertido y reflexivo a la comunidad de especialistas en acrobacias, combinando acción con una exploración conmovedora de los sacrificios hechos por estos héroes desconocidos. A pesar de sus imperfecciones narrativas, la película tiene éxito en destacar el papel crítico de los especialistas en acrobacias en el cine, envuelto en un paquete de acción incesante y emoción genuina. Es un testimonio del espíritu de colaboración y la creatividad que define al cine de todo el planeta. PdC.
Crítica de Antelmo Villa.
