En “El club de los vándalos” de Jeff Nichols, nos montamos en el mundo de los motociclistas, pero con una vuelta de tuerca: la historia es contada desde la perspectiva femenina de Kathy (Jodie Comer), la esposa del rebelde Benny (Austin Butler). Inspirada en la serie de fotos y libro de Danny Lyon, la película capta la esencia de esta cultura biker, aunque a veces se siente más como un ensayo fotográfico que como una narrativa sólida. La verdad.
Kathy conoce a los Chicago Vandals cuando visita a una amiga en su bar. Sus pantalones blancos pronto se manchan por el manoseo de los hombres del grupo, hasta que ve a Benny, “el hombre más guapo” que ha visto, encorvado sobre la mesa de billar. Un paseo en moto con él y un noviazgo vertiginoso culminan en matrimonio a las cinco semanas.
A través de Kathy, conocemos al fundador del grupo, Johnny (Tom Hardy), un camionero con un corazón grande y puños aún más grandes. El elenco está lleno de personajes únicos, como Michael Shannon, un veterano rechazado de Vietnam, y Norman Reedus, un californiano sonriente y amenazador llamado Funny Sonny. Los Vándalos deciden expandirse por el Medio Oeste, llevando su anarquía y camaradería a otros hombres que se sienten atrapados por la sociedad. Creando un club de motos porque no podían seguir las reglas, solo para luego crear sus propias reglas.
A medida que el grupo crece, también lo hacen la violencia y la competencia. Tras una pelea en la que Benny casi pierde una pierna, Kathy le ruega que deje el club. Pero Johnny no lo permitirá, viéndolo como el sucesor ideal para mantener el club libre de indeseables.
Obvio “El club de los vándalos” coquetea con un triángulo amoroso interesante. Kathy quiere que Benny deje el club por amor, mientras que Johnny lo quiere para liderarlo. Las escenas más intensas son entre Jodie Comer y Tom Hardy, quienes rivalizan con sus acentos del medio oeste. Sus personajes se respetan y necesitan mutuamente, a pesar de estar en lados opuestos respecto a Benny. Sin embargo, la actuación de Austin Butler se queda corta, ya que Benny es más un espectro sobre el cual los otros proyectan sus deseos.
La narrativa más clara proviene de The Kid (Toby Wallace), un adolescente que sueña con unirse a los Vándalos y cuya historia de endurecimiento y búsqueda de poder eventualmente destruye el estilo de vida que tanto anhelaba.
“El club de los vándalos” evoca nostalgia y amor por una subcultura biker que ha cambiado con el tiempo. Johnny fundó el club buscando comunidad e imitando a Marlon Brando. Estos inadaptados sociales encontraron hogar en la carretera, pero la violencia y los traumas post-Vietnam transformaron el grupo en algo más oscuro. La película revive la belleza pura capturadas por Danny Lyon en los años 60 y 70, mostrando a hombres que, al no encontrar su lugar en la sociedad, lo encontraron en el camino. PdC.
Crítica de Antelmo Villa.