“Guasón 2: Folie à Deux” la esperada secuela de Todd Phillips, sigue la estela oscura y perturbadora de la primera entrega, pero esta vez con un giro inesperado: lo convierte en un musical. Sí, leíste bien, pero no esperes coreografías brillantes o números deslumbrantes al estilo Broadway. Aquí, la música es más un eco sombrío de la locura que envuelve a Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) y su recién presentada compañera de crimen, Harley Quinn (Lady Gaga).
Todd Phillips retoma la historia justo donde la dejó, con Arthur Fleck encerrado en el Arkham State Hospital tras sus infames asesinatos, incluido el del presentador de televisión Murray Franklin. Ahora, Ciudad Gótica se tambalea entre el caos y la idolatría hacia el Guasón, mientras Arthur, más delgado que nunca, se enfrenta a un juicio por sus crímenes.
Entre tanto, conoce a Harleen Quinzel, la psiquiatra del hospital que pronto se convierte en su cómplice y amante. Lady Gaga, en su papel de Harley, aporta un aire fresco a este personaje tan querido, alejándose del cliché de la novia co-dependiente del Guasón. Aquí, Harley es quien marca el ritmo, tanto en la relación como en el desarrollo de la trama.
“Guasón 2: Folie à Deux”, aunque se autodenomina un musical, no se entrega completamente al género. Las canciones están ahí, sí, pero son suaves y casi desapercibidas, como murmullos dentro de la cabeza de Arthur Fleck. Desde That’s Entertainment hasta Close to You, estos números musicales refuerzan la fragilidad mental de Arthur, convirtiendo su vida en un show que solo él parece entender. Pero ojo, no esperes ver a Joaquin Phoenix haciendo piruetas al estilo Fred Astaire; las actuaciones musicales son intencionadamente contenidas, en sintonía con el tono deprimente del filme.
La verdadera sorpresa es cómo “Guasón 2: Folie à Deux” maneja el personaje de Harley. A diferencia de las versiones anteriores, donde Harley era más una seguidora, aquí Lady Gaga nos entrega una mujer con poder y control. Esta Harley tiene sus propias motivaciones y una seguridad inquietante que complementa el caos de Arthur. Todd Phillips reinventa así la dinámica Guasón-Harley, haciéndola más interesante y menos tóxica, aunque no menos peligrosa.
Por supuesto, Joaquin Phoenix sigue siendo el alma de la película. Su interpretación de Arthur Fleck, el payaso psicópata, es nuevamente impecable. Esta vez, sin embargo, su actuación es más contenida, menos exagerada, lo que ofrece un respiro a quienes encontraron agotador su risa maníaca en la primera película. Ahora, Joaquin Phoenix nos muestra un Guasón más reflexivo, casi catatónico, que explora el amor de una manera distorsionada y peligrosa.
Aunque “Guasón 2: Folie à Deux” carece de la intensidad cruda de Guasón (2019), Folie à Deux sigue siendo un viaje oscuro. Se adentra en el terreno del thriller psicológico con tintes de drama judicial cuando Arthur es llevado a juicio, un cambio que brinda cierta distancia del caos mental que dominaba la primera entrega. A pesar de todo, las calles de Ciudad Gótica arden de nuevo en disturbios, aunque esta vez la narrativa se distancia de la polémica sobre la cultura incel que rodeaba a la primera película.
Resumo, “Guasón 2: Folie à Deux” es más que una secuela. Es una reinvención atrevida que juega con los géneros y desafía las expectativas. Si bien no tiene la furia de la primera entrega, sigue siendo un retrato fascinante de la locura y el amor, con actuaciones memorables de Joaquin Phoenix y Lady Gaga que la elevan más allá de una simple película de cómics. Buena. PdC.
Crítica de Antelmo Villa.