“El aprendiz” si me apresuran es una mezcla magistral entre comedia negra y por mucho horror histórico. El 2024 nos presenta una de las transformaciones más impactantes de Sebastian Stan, quien, tras camuflarse en maquillaje prostético en “Un hombre diferente”, asume en El aprendiz” el rol de un joven Donald Trump con una caracterización tan precisa como escalofriante. En esta biografía, el director Ali Abbasi retrocede a los años 70 y 80, cuando el futuro presidente daba sus primeros pasos en el mundo inmobiliario, bajo la sombra y guía del inescrupuloso abogado Roy Cohn, interpretado con maestría por Jeremy Strong.

El aprendiz” arranca con un Trump torpe en sus habilidades sociales, trabajando para su padre Fred (interpretado por Martin Donovan) y mostrando ya el hambre de poder que lo caracteriza. En su afán por progresar, Trump queda fascinado por Cohn, un abogado sin escrúpulos, famoso por su habilidad para sortear problemas legales usando amenazas y chantajes. Cohn le inculca a Trump tres reglas de oro: atacar sin cesar, nunca admitir un error y jamás ceder en nada. Así, la relación maestro-aprendiz se convierte en el núcleo de El aprendiz”, llevándonos de la mano a través de una serie de transacciones, manipulaciones y decisiones dudosas que definirían al Trump que todos conocemos.

El primer acto de “El aprendiz”, marcado por el tono oscuro y humorístico que le imprime Jeremy Strong a su personaje, casi roza lo caricaturesco, mostrando la hipocresía y ambición desmedida de Cohn. Es un retrato potente de un hombre que en privado vive como un gay enclosetado mientras públicamente se alinea con ideales ultraconservadores. Jeremy Strong construye un Cohn tan arrogante y despiadado que su interpretación se roba la película, convirtiéndose en el personaje más fascinante y oscuro de la historia.

Mientras tanto, Sebastian Stan nos ofrece un Trump que, aunque ambicioso, parece vacío en su esencia. Su relación con su hermano Fred Jr., un piloto de aviación que su padre desprecia, añade cierta complejidad humana al personaje, pero, al igual que en la vida real, cualquier destello de vulnerabilidad es rápidamente rechazado en favor de la imagen impenetrable que Trump quiere proyectar.

El aprendiz”, basada en un guion de Gabriel Sherman, cambia drásticamente de tono a la mitad, dejando la comedia oscura para convertirse en un retrato de horror casi documental.

Esto se ejemplifica en una brutal escena en la que Trump agrede sexualmente a su esposa Ivana, interpretada por Maria Bakalova, un momento crudo que obliga al espectador a recordar la verdadera gravedad de sus acciones, lejos de la parodia. Esta transición subraya la habilidad de Ali Abbasi para captar la dualidad de Trump: un personaje que parece una caricatura hasta que nos damos cuenta de su monstruosidad.

El aprendiz” logra capturar algo más que los hechos biográficos de Trump; evoca el sentimiento de vivir en la era Trump. Con cada paso de su carrera, el personaje parece deslizarse entre lo absurdo y lo grotesco, provocando una risa amarga que sólo refuerza la incomodidad ante sus actos. Ali Abbasi y Gabriel Sherman no intentan encontrar la “humanidad” en Trump. En su lugar, nos muestran un hombre vacío, cuyo poder y fama parecen construidos sobre el humo y el escándalo. Y ahora es nuevamente el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Pufff. Obligada. PdC.

Crítica de Antelmo Villa.

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