Océano mar” de Alessandro Baricco es un oleaje literario que trasciende lo narrativo.
Es mucho más que una novela; es un viaje sensorial, un rompecabezas poético donde las piezas no encajan al principio, pero al final te asombran con su belleza. En “Océano mar”, Baricco se desliza entre géneros y estilos como un marinero experto en aguas turbulentas, llevando al lector desde la crudeza de un naufragio hasta el lirismo de un amor nunca confesado. Aquí, el mar no es solo un escenario, sino un personaje más, omnipresente, inabarcable y profundamente humano.
La estructura es audaz: tres libros interconectados que saltan entre tiempos, espacios y perspectivas, desdibujando las líneas entre lo real y lo onírico. Los personajes, habitantes de la posada Almayer, son espejos rotos, fragmentos de historias que, aunque parecen independientes, convergen como olas en la orilla. En este lugar indefinible, donde ni la tierra ni el mar dominan, un pintor busca capturar el océano con pinceles mojados en agua salada, un cartógrafo escribe cartas de amor a una mujer inexistente, una adolescente combate una enfermedad imposible, y un marinero enfrenta su pasado en busca de redención. Cada uno está allí por una razón, arrastrado por la marea de sus propios anhelos y cicatrices.
“Océano mar” se mueve al ritmo del oleaje: a veces tranquilo y meditativo, como un poema en prosa que invita a saborear cada palabra, y otras veces furioso y despiadado, como en la segunda parte, El vientre del mar, donde Alessandro Baricco revive el horror de un naufragio inspirado en la tragedia de la fragata Medusa. Es un episodio de brutalidad y piedad, donde la naturaleza humana se despoja de máscaras. Aquí, la pluma de Alessandro Baricco se transforma en un torbellino, con repeticiones obsesivas y un ritmo casi musical que te arrastra y te deja sin aliento.
Más allá de su experimentación estilística, lo que hace de “Océano mar” una obra perdurable es su capacidad de resonar en lo profundo del lector. Es un relato que indaga en temas universales: la búsqueda de sentido, el amor, la culpa y la redención. Los personajes, tan excéntricos como melancólicos, son arquetipos que navegan en el océano de la existencia, enfrentando sus tormentas personales mientras buscan un puerto seguro, una orilla donde sanar.
La narrativa de Alessandro Baricco es, en esencia, un juego de contrastes: lo trágico y lo cómico, lo crudo y lo sublime, lo real y lo fantástico. Como el mar, esta novela es impredecible, cambiante, pero siempre magnética. Al principio, la desconexión entre las historias puede parecer desconcertante, incluso frustrante, pero poco a poco se revelan los hilos invisibles que las unen, y el lector no puede evitar rendirse ante la maestría del autor.
Con “Océano mar”, Alessandro Baricco no solo cuenta una historia, sino que crea una experiencia, una especie de baile con las palabras que invita a ser releído, degustado y sentido. Es un libro que, como el océano, parece infinito en sus interpretaciones, profundo en sus significados y eterno en su capacidad de asombrar. Terminé su lectura no solo con la sensación de haber naufragado en sus páginas, sino con el deseo irreprimible de lanzarme de nuevo al mar.
Alessandro Baricco (Turín, 1958), además de numerosos ensayos y artículos, es autor de las novelas Tierras de cristal (Premio Selezione Campiello y Prix Médicis Étranger), Océano mar (Premio Viareggio), Seda, City, Sin sangre, Esta historia, Emaús, Mr Gwyn, Tres veces al amanecer y La Esposa joven, publicadas en Anagrama, al igual que la majestuosa reescritura de Homero, Ilíada, el monólogo teatral Novecento y los ensayos Next. Sobre la globalización y el mundo que viene, Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación y The Game. Dirige, además, la Scuola Holden de Turín. PdC.
Escrito por B. Del Ángel.
