El Rincón del Loco

“Los ojos de Mona” de Thomas Schlesser

Si te dijeran que te quedan 52 semanas para ver el mundo, ¿qué harías? Para Mona, la protagonista de “Los ojos de Mona” de Thomas Schlesser, la respuesta es clara: absorber cada trazo de belleza posible antes de la oscuridad. Con la guía de su abuelo, la niña de diez años se embarca en una cuenta regresiva visual, recorriendo los museos más icónicos de París para despedirse de la luz a través del arte.

La estructura es sencilla: 52 capítulos, 52 obras, 52 conversaciones entre abuelo y nieta. Pero no te dejes engañar por la línea aparente. Thomas Schlesser logra convertir este esquema en una montaña rusa emocional y filosófica que nos obliga a mirar con otros ojos, no solo el arte, sino la vida misma. No es una lección de historia del arte en formato novelado; es una exploración del significado de ver, sentir y trascender.

Cada miércoles, Mona y su abuelo se plantan frente a una pintura en el Louvre, Orsay o el Pompidou. Primero la observan en silencio, luego la diseccionan juntos. Él, con su sabiduría acumulada; ella, con su mirada fresca y sin filtros. La dinámica recuerda a El mundo de Sofía, pero sin la pesadez de un manual de filosofía disfrazado de novela. Aquí, las obras de Botticelli, Van Gogh, Monet o Basquiat no son solo referentes estéticos, sino ventanas a temas esenciales como la resiliencia, la pérdida, la rebeldía y la belleza en la decadencia.

“Los ojos de Mona” también es un recordatorio brutal de nuestra relación con el arte. En un mundo de visitas fugaces a museos, donde la gente se conforma con una foto mal encuadrada frente a la Mona Lisa, Thomas Schlesser nos obliga a detenernos. A ver. A sentir. Y es en este ejercicio de atención plena donde “Los ojos de Mona” encuentra su mayor fortaleza: transforma la contemplación en un acto de resistencia contra la indiferencia y la velocidad del mundo moderno.

Narrativamente, Thomas Schlesser no se complica con experimentos estilísticos innecesarios. Su prosa es clara, fluida y efectiva, evitando adornos superfluos. No necesita pirotecnia lingüística para transmitir la emoción del viaje de Mona. La historia se sostiene sola, con un equilibrio bien medido entre la ternura de la relación abuelo-nieta y el inevitable drama de la ceguera inminente.

Si algo se le puede reprochar a “Los ojos de Mona”, es que su desenlace no está a la altura del resto de la novela. No es que no emocione, pero después de tanta intensidad, el cierre se siente menos impactante de lo esperado. Aun así, no empaña el conjunto de una historia que logra lo que pocas: dejarte pensando mucho después de pasar la última página.

En resumen, “Los ojos de Mona” no solo se lee, sino que se experimenta. Te hará desear ralentizar el tiempo, mirar con más atención y, probablemente, reservar un boleto a París con la excusa de “ver antes de que sea tarde”.

Thomas Schlesser (Paris, 1977) es un historiador del arte, además de escribir, dirige la Fundación Hartung-Bergman y da clases en la Escuela Politécnica de París. Autor de numerosos ensayos como Faire rêver y Anna-Eva Bergman: vies lumineuses. La publicación de su novela Los ojos de Mona, finalista del Grand Prix RTL-Lire Magazine Littéraire 2024 que se otorgó en marzo, se ha convertido en un acontecimiento editorial en más de veinte países. PdC.

Escrito por B. Del Ángel.

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