El Rincón del Loco

“Chamanes eléctricos en la fiesta del sol” de Mónica Ojeda

Mónica Ojeda, conocida por explorar los límites del terror y la poesía, pisa ahora un terreno donde lo ancestral y lo contemporáneo se entrelazan en un caleidoscopio de emociones y simbolismos. En “Chamanes eléctricos en la fiesta del sol”, Mónica Ojeda despliega una narrativa que combina lo místico con lo moderno, con una fuerza que convierte la experiencia de leerla en un acto de transformación. Es una novela que habla del miedo como umbral, del cuerpo como territorio y de las raíces como ancla y condena.

“Chamanes eléctricos en la fiesta del sol” nos lleva a las faldas del Chimborazo, en el contexto del Inti Raymi, la milenaria fiesta andina dedicada al Sol. En este escenario, un grupo de jóvenes decide entregarse a un festival clandestino bautizado como Ruido Solar, donde el rock, el neochamanismo, las tecnocumbias y los tambores ancestrales se fusionan en un caos orquestado. Más que un simple evento, este festival es un portal hacia el abandono del yo y la construcción de una identidad colectiva, un viaje psicodélico donde el latido del tambor marca el pulso de la metamorfosis. La montaña, omnipresente y ambigua, encarna una feminidad primigenia: protectora y devoradora a la vez.

El núcleo de la historia gira en torno a Noa, una joven cuyo silencio narrativo es inversamente proporcional a su poder simbólico. Es a través de las voces de los otros —sus compañeros y el diario de su padre— que su historia toma forma. Noa no es solo un personaje; es un catalizador, una figura casi mitológica que se convierte en vehículo de las fuerzas de la naturaleza y en encarnación de los terrores iniciáticos. Su búsqueda es profundamente personal: encontrar a un padre que la abandonó años atrás, un ermitaño que habita en las alturas como un filósofo del abismo, mitad Diógenes, mitad espectro trágico.

Los personajes secundarios —Nicole, Mario, Pamela, Pedro y las Cantoras— configuran un coro polifónico que dota de ritmo y textura al relato. Cada uno representa una faceta del viaje espiritual y físico que la novela propone: desde el escepticismo de Nicole hasta el misticismo de Pedro, pasando por la mirada analítica de Pamela. Especial mención merecen las Cantoras, figuras que remiten al corifeo de la tragedia griega, pero que aquí adoptan un matiz andino y lírico, conectando la historia con sus raíces ancestrales.

Mónica Ojeda estructura su obra como un rito en sí mismo, en el que el lector no solo observan, sino que también participa. Con una escritura que mezcla el vértigo poético con la crudeza del realismo, “Chamanes eléctricos en la fiesta del sol” es un descenso a lo visceral: la confrontación con los miedos atávicos y la aceptación de lo que nos trasciende. El ritmo del texto, como el tambor omnipresente en el relato, hipnotiza y arrastra, dejando claro que la trascendencia no es solo un tema; es la esencia misma de esta novela.

Mónica Ojeda Franco (Guayaquil, 1988) es una escritora ecuatoriana, considerada como una de las novelistas más relevantes de la literatura latinoamericana contemporánea. En 2017 fue incluida en la lista Bogotá39-2017 como una de los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años. Entre los reconocimientos con los que ha sido galardonada se cuentan el Premio Príncipe Claus Next Generation y el Premio ALBA Narrativa, además de quedar entre los finalistas del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa y del Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero. PdC.

Escrito por B. Del Ángel.

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