Por Vero Torres.
Una vela no es solo una luz que alumbra cuando estamos en la oscuridad, una vela puede tener diferentes significados dependiendo de las culturas, la época del año, la ocasión; una vela te atrapa y te coloca en un ambiente agradable, romántico, te hace soñar o te transporta a algún momento.
Simbólicamente una vela significa luz en la vida, es una forma de visualizar algo que deseamos con todo el corazón, es una luz que habita en el imaginario y da calidez.
Es una fuente de iluminación que nos ofrece varios beneficios; podemos prender una vela con aromas que pueden darnos relajación, bienestar, salud, unión familiar, amor, abundancia, agradecimiento y mucho más.
Fueron inventadas entre los siglos XIII y XIV antes de Cristo por los egipcios, quienes las hacían con ramas embarradas con sebo de bueyes para que prendieran y se conservara el fuego; posteriormente las hacían de resinas de plantas, eran utilizadas para iluminar hogares, alumbraban los caminos de las personas que viajaban y en ceremonias religiosas.
En la actualidad hay una infinidad de velas; las flotantes en agua, rústicas, con aromaterapia, repelentes, con intención, con energía, todas tienen una finalidad, iluminar nuestro pensamiento en ese momento.
En muchas ocasiones también el color en la vela es asociado con algún sentimiento o emoción: el blanco es paz, rojo es pasión, azul es conocimiento, naranja es prosperidad, verde es salud, amarillo es abundancia y dinero, violeta con espiritualidad.
Sin duda las velas son más allá de una mecha con fuego, son calor al corazón.
Y tú, ¿qué uso les das, cuál es tu vela favorita? PdC.