Miscelánea

Ser mujer mariachi tiene sus dificultades

Cuando pensamos en mariachis, lo primero que nos viene a la mente es a un hombre enfundado en el traje tradicional de charro con botonaduras de plata, moño y sombrero. Pero no imaginamos a una mujer.

Ayer 21 de enero se celebró el Día Internacional del Mariachi. La UNESCO lo reconoció como un ícono mundial. Y nos llevamos una grata sorpresa, la incursión de la mujer en una agrupación musical tradicionalmente de hombres.

Amalia Aguirre Rojas, quien forma parte del grupo Sonalli dice que ser mujer en un grupo de mariachis tiene sus dificultades, pues el traje de charro se identifica tradicionalmente con la hombría, con quien canta fuerte.

Y aunque ellas incursionan hace décadas como cantantes y luego instrumentistas, falta mayor inclusión, estima Amalia Aguirre, quien estudió la licenciatura en Educación Musical en la Facultad de Música (FaM) de la UNAM, para ser maestra de esa disciplina, y actualmente cursa Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de esta casa de estudios.

“Específicamente como miembro del mariachi resulta ser un poco difícil, porque aunque ya la mujer figura como algo importante que aporta cada vez más, aún sigue siendo un tabú que las mujeres estén en ellos, sobre todo al tocar instrumentos o ser cantantes”, abunda.

Como diversos intérpretes de ese género,  Aguirre Rojas (conocida en el ambiente artístico como “Ami Rojas”) proviene de una familia de músicos, a partir de su bisabuelo, quien también fue mariachi.

Sobre la profesionalización del mariachi, comenta que diversos conjuntos funcionan con linajes familiares, donde aprenden el oficio aunque no tengan estudios profesionales.

“Hoy existen agrupaciones donde los más jóvenes, incluso adolescentes, están sustituyendo a los mayores, y vemos entre los grupos musicales más jóvenes interesados en el género”.

La difusión de la música tradicional mexicana en las plataformas digitales ayuda a difundirla en las nuevas generaciones, aunque falta mayor promoción en medios masivos de comunicación, para que no se dediquen prioritariamente a promover música norteña y de banda.

Para impulsar el mariachi y los sones jarochos y huastecos, Ami Rojas forma parte del grupo “Sonalli”, donde toca el violín y canta. Enfundada en su traje de charra, ha realizado giras en España, Portugal, Italia, Francia, Alemania y Polonia, donde llevar el mariachi es llevar “un pedacito de México” que emociona y alegra.

El grupo se dedica a la interpretación y a la investigación de la música tradicional de nuestro país. Sobre el futuro de ésta, considera que continuará por el enorme arraigo e identidad que tiene entre los mexicanos y la excelente aceptación en el extranjero.

La artista evalúa como positivo los esfuerzos de algunos músicos de renombre quienes incluyen el mariachi en la música comercial. PdC.

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