Te has puesto a pensar con detenimiento que lo que estás viviendo en este momento no lo volverás a vivir, por más maravilloso, triste, o chistoso que este sea; no importa que todo ya lo des por hecho. Todos los días sales de casa, tomas el trasporte, llegas al trabajo o a la escuela, haces lo que corresponde y regresas a casa, pero aunque todo ya esté escrito no quiere decir que los días van a ser iguales.
En la entrega pasada hablamos del Ikigai que es una forma de vida del lejano Oriente, en donde las personas encuentran la razón de ser; ahora aplicaremos el Ichigo-ichie, que los japoneses traducen como hacer único cada momento en la vida.
Y no es que haya visitado aquel hermoso país y te traiga algo de su cultura (espero ir algún día y recorrer aquellos caminos) sino que son términos que se me presentaron en un par de clases estos días y me gusto la profundidad con la que los japoneses toman la vida.
*No hay dos momentos iguales* lo que estamos viviendo es único e irrepetible, no importa que estemos aislados en pandemia, en una huelga; lo meramente importante es lo que hicimos en ese tiempo, disfrutamos más a la familia, aprendimos algo, emprendimos un proyecto tomamos, algún curso, todo te deja una lección, recuerda aquí o se gana o se aprende; solo pierde el que así lo quiere.
Quizá pienses que es muy complicado aplicar el Ichigo-ichie, pero solo es hacer conciencia, siéntate y observa qué sucede a tu alrededor, disfruta el momento como si fuera el último, no te distraigas, pon atención, se tu propio amigo, celebra la imperfección, no tengas expectativas; estos son algunos secretos de la cultura japonesa para tener una vida feliz y longeva.
Ahora que ya conoces estos dos términos, ¿cuál piensas a aplicar primero? el que decidas solo piensa en tu paz interior. PdC.
Por Vero Torres