La idea de que las mujeres no tienen la capacidad para estudiar carreras relacionadas con la ingeniería, la química, la física o las matemáticas, aún persiste en la actualidad; el que la mayoría de las personas lo piense, quizá no sea lo peor, lo sí verdaderamente problemático es que las mujeres así lo crean, así se lo repitan una y muchas veces hasta convencerse que “no sirven” para la ciencia.
Pero a qué viene esta reflexión, resulta que un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó cuántas mujeres estudian carreras relacionadas con la ciencia, matemáticas, ingeniería y tecnología, en cuáles se concentran, dónde se ubican, entre otros rubros.
Y a partir de datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, y de la Secretaría de Educación Pública, pues resulta que las niñas de primaria han presentado mejores resultados en las pruebas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA) de matemáticas que los niños.
Situación que se revierte en secundaria y se amplía al finalizar el bachillerato. Este dato es el que nos lleva a preguntarnos qué es lo que sucede para que se dé ese cambio tan drástico, cuando lo que demuestra es que las mujeres sí pueden incurrir en carreras en donde se requiere un mayor análisis.
Los números hablan, registran como las mujeres se van alejando de estas carreras:
*Solo el seis por ciento de 10 mil alumnas de bachillerato de la Zona Metropolitana del Valle de México encuestadas por Movimiento STEM dijo estar interesada en estudiar una carrera de estas áreas de estudios.
*En 2021, solo 13.5 por ciento de las mujeres profesionistas eran egresadas de carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, conocidas también como STEM por sus siglas en inglés).
Las mujeres no sólo están hechas para realizar actividades en el hogar, su capacidad va más allá y la tienen desde pequeñas como lo demuestra el estudio.
Para incrementar la participación del sector femenino en estos sectores, es necesario intervenir desde los primeros años de escuela para que más de ellas tengan el deseo y las capacidades para optar por carreras STEM. Para ello, el IMCO propone:
*Añadir enfoque de género en los contenidos de ciencia y tecnología en los programas de educación básica. Por ejemplo, hacer énfasis en la historia de científicas destacadas o pláticas con mujeres que trabajan en dichos sectores.
*Implementar programas de orientación vocacional desde secundaria para que estudiantes tomen decisiones sobre su educación superior más informadas y basadas en datos. En ellos se pueden incluir mentorías y actividades que rompan con los estereotipos. PdC.
