Cuando el único tratamiento que hay para salvar la vida de un paciente es la donación de órganos, el futuro de esa persona se vislumbra incierto pues en nuestro país es bajo el número de estos “regalos de vida” en comparación con la alta demanda de ellos; y más cuando la demanda está vinculada con la prevalencia de enfermedades como la diabetes, que México aparece en primeros lugares por este padecimiento.
Las intervenciones quirúrgicas para trasplantar un órgano, en numerosas ocasiones son la única salida que les queda a pacientes con enfermedades crónico degenerativas, con quienes se han agotado los recursos terapéuticos habituales, asegura el académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Omar Sánchez Ramírez.
La situación se torna más grave cuando la prevalencia de una enfermedad crea la alta demanda de cierto órgano y órganos; como es el caso del riñón, corazón e hígado, solicitudes íntimamente vinculadas por la prevalencia de diabetes y su relación con la hipertensión arterial y la insuficiencia renal.
“Lo que nos crea un escenario preocupante porque rebasa las posibilidades de atención con otros recursos”.
En el caso de España y Estados Unidos, comenta, tienen índices de 73.8 implantes de riñón por millón de habitantes, de acuerdo con datos del Global Observatory on Organ Donation and Transplantation.
Sánchez Ramírez y sus colegas Rubén Argüero Sánchez y Enrique Olivares Durán publicaron recientemente artículos en la Gaceta Médica de México donde exponen que, por ejemplo, el órgano más demandado en el país, es el riñón, representa 97 por ciento en la lista de espera de los tipos sólidos.
De 2012 a 2019 el número de pacientes que recibieron un trasplante fue menor al de las personas registradas por primera vez en el listado.
El costo del procedimiento e insumos para obtener un riñón de una persona fallecida era, hasta hace unos años, de aproximadamente 13 mil pesos, mientras que de un ser humano vivo, cerca de 130 mil pesos. Es importante recordar que el otorgamiento de un órgano es una acción altruista, señala el experto. PdC.