En nuestro país hay cerca de dos millones y medio de empleadas del hogar; más de 95 por ciento carece de acceso a servicios de salud; 80 por ciento no tiene prestaciones laborales; 46 por ciento (casi la mitad) no recibe aguinaldo, vacaciones ni horario fijo; obtienen salarios bajos, jornadas largas y sus condiciones laborales son precarias e informales.
Esas son las circunstancias que viven y que además se suma la discriminación, clasismo y marginación social, refiere la socióloga Fiorella Mancini, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, con motivo, este 30 de marzo, del Día Mundial de las Trabajadoras del Hogar.
La investigadora considera que se requiere haya incentivos para que las personas empleadoras, las inscriban en la seguridad social y sanciones en caso de que no lo hagan; también pensión para que puedan jubilarse y acceso al INFONAVIT, con el fin de que tengan una vivienda.
Con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2018 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2.4 millones de personas son trabajador/as en el hogar de manera remunerada, prácticamente cinco por ciento de la población ocupada hoy en México; 95 por ciento son mujeres.
De ellas, 85.8 por ciento realizan tareas de limpieza en casas particulares, 8.2 son cuidadoras de personas y 5.0 por ciento lavanderas y/o planchadoras en particulares. Un tercio empezaron a laborar siendo niñas, refiere la doctora en sociología. PdC.
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