Algunas veces hemos visto que los gatos no calculan bien cuando saltan y caen, pero lo hagan como lo hagan siempre caen sobre sus patitas.

Esto pasó hace algunos días cuando el querido “Panzón” no calculó bien al saltar de la mesa del comedor a donde está la tele y, bueno, aunque no es alto el mueble su salto salió mal y cayó, pero para mi sorpresa llegó al piso aterrizando con sus patitas.

En verdad yo pensé que un mínimo caía de lado, pero no, con esa agilidad que caracteriza a estos peludos cayó con una gracia de bailarín del Bolshoi que ni el bailarín principal hubiera logrado.

Ahora bien, una vez que revisé que no le había pasado nada y después que me calmé por la risa, porque en verdad fue muy gracioso, decidí ver si había sido suerte o en verdad tienen esa habilidad para hacerlo.  Investigando como siempre lo hago en mi master Google encontré un artículo en naturesvariety.com donde explican esta magia que tienen.

Mencionan que la habilidad de caer sobre sus patas depende del llamado “reflejo de enderezamiento” y empiezan a desarrollarlo a partir de la tercera o cuarta semana de vida y la perfeccionan más o menos en la sexta y séptima.

Gracias a este reflejo, los michis que caen al vacío realizan en el aire un movimiento giratorio con el cuerpo que les permite acabar con las patas apuntando hacia abajo, incluso cuando han caído de espaldas.

Pero ¿cómo funciona? Se activa gracias al estímulo del vestíbulo, una estructura sensorial ubicada en la parte interna del oído que es capaz de detectar y comunicar al cerebro la posición de la cabeza y el movimiento al que está sometida.

Cuando se activa, la cabeza empieza a rotar para recuperar su orientación normal.  Mientas su cabeza gira, el peludito recoge las patas delanteras y estira las patas traseras y la cola, empezando así la rotación del cuerpo.

La parte delantera del cuerpo gira hasta 180 grados mientras que la parte trasera gira en dirección opuesta. A medida que sigue cayendo, el gatín realiza el movimiento inverso, estirando las patas delanteras y recogiendo las traseras.

Durante la caída el michi flexiona también la columna vertebral permitiendo que la parte delantera y la trasera del cuerpo giren según ejes diferentes.  Y gracias a este reflejo cuando llega a tierra, el michi ya se ha estabilizado y está preparado para recibir el impacto y amortiguar el golpe con la columna vertebral arqueada y las cuatro patas apuntando hacia abajo.

Pero no solo está este reflejo sino también la gran agilidad. La columna vertebral, especialmente flexible permite este movimiento giratorio.

La cola ayuda a estabilizar al michi en la caída, pero no parece ser determinante para darse la vuelta con éxito ya que incluso los gatos sin cola pueden enderezarse en la caída.

Lo que sí parece fundamental es la vista, como mínimo en la fase en la que el peludito todavía está perfeccionando el reflejo; una vez que lo perfecciona, incluso con los ojos vendados, el gatín podría enderezarse en el aire.

Siete vidas

Ahora que ya sabemos sobre el reflejo de enderezamiento, la mayoría de los michis sobreviven a caídas que resultarían fatales para una persona.  Según estadísticas los peluditos sobreviven después de caer al vacío en más del 90 por ciento de los casos.

Síndrome del gato paracaidista

Que los michis sobrevivan tras una caída desde una gran altura no significa que se levanten ilesos. La mayoría de los peluditos que caen desde una altura superior a siete metros (equivale a dos pisos) acaba con múltiples lesiones.

Estas lesiones son características que, en el ámbito veterinario, se conocen como el síndrome del gato paracaidista o el gato volador.

Los gatines que sufren este síndrome suele tener menos de un año y a menudo han caído mientras cazaban un pájaro o un insecto, han resbalado caminando por una barandilla o por la repisa de una ventana o no miden bien las medidas al saltar.

Después de leer todo esto me queda claro que los peluditos son muy hábiles para realizar saltos, pero no está por demás siempre supervisarlos para que no tengan problemas de algún accidente del cual no puedan recuperarse bien.

Así que a tener cuidado con Sr. Miau para que no vaya a tener ningún accidente cuando vuelva a intentar hacer su salto mortal y los dejo porque creo que ya está pensando en alguna travesura en la cual está involucrada… la altura.

“Un maullido es un mensaje del corazón” – Anónimo.

Como siempre te deseo muchas huellitas 🐾🐾🐾 de amor en casa. PdC.

Por La Loca del Gato 🐈 y Otras…

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