Al Paciente con Amor

Tics: cara, brazos, torax

Georges Gilles de la Tourette fue el neurólogo que en 1885 describió por primera vez el síndrome que lleva su nombre, un trastorno neurológico que afecta al cerebro y se caracteriza por la presencia de múltiples, rápidos y repetitivos sonidos vocales y movimientos que no pueden ser controlados por las personas que la padecen.

El Síndrome de Gilles de la Tourette, más conocido como Síndrome de Tourette o ST es un trastorno que nosotros calificaríamos como muy impactante, ya que tiene una marca social muy fuerte, pues las personas que son diagnosticadas con esta enfermedad son objeto de discriminación y rechazo.

Los primeros síntomas se manifiestan mediante sonidos y movimientos involuntarios e incontrolables (tics) de la cara, brazos o tórax:

*Parpadeo repetitivo.

*Encogerse de hombros.

*Tics vocales: taratear, tartamudear, gritar frases o palabras, aclararse la garganta.

*Comportamiento compulsivo.

*Falta de autocontrol.

*Hiperactividad.

*Repetición compulsiva e incoherente de palabras obscenas.

*Espasmos musculares o movimientos involuntarios.

De acuerdo a Mayo Clinic, los tics se presentan entre los 2 y los 15 años, el promedio es alrededor de los 6 años. Los hombres tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades que las mujeres de desarrollar el síndrome.

Refiere que si bien el trastorno no tiene cura, se puede tratar, ya que muchas personas que lo padecen no requieren tratamiento porque los síntomas no son molestos. Los tics suelen disminuir o controlarse después de los diez años.

Es una enfermedad que no se sabe exactamente qué la causa; un trastorno complejo que probablemente se desencadena por la combinación de factores heredados (genéticos) y ambientales. Las sustancias químicas en el cerebro que transmiten impulsos nerviosos (neurotransmisores), como la dopamina y la serotonina, pueden estar involucradas.

Los tics, los movimientos o sonidos repentinos, breves e intermitentes son el signo distintivo del síndrome de Tourette. Los síntomas pueden variar de leves a graves. Los síntomas graves pueden interferir significativamente con la comunicación, el funcionamiento cotidiano y la calidad de vida.

Los tics se clasifican en: tics simples que son repentinos, breves y repetitivos, implican un número limitado de grupos musculares; y tics complejos, patrones de movimientos diferentes y coordinados involucran varios grupos musculares.

Además, los tics pueden variar en tipo, frecuencia y gravedad; empeoran si la persona está enferma, estresada, ansiosa, cansada o emocionada; ocurren durante el sueño; cambian con el tiempo; empeoran en la adolescencia temprana y mejoran durante la transición a la edad adulta.

¿En qué momento acudir al médico?, de acuerdo a Mayo Clinic, se debe acudir al pediatra si se observa que el pequeño realiza movimientos o sonidos involuntarios, aunque no todos los tics indican síndrome de Gilles de la Tourette.

Muchos niños desarrollan tics que desaparecen en forma natural después de unas semanas o de unos meses. Pese a esto, siempre que un niño tenga una conducta inusual, es importante identificar la causa y descartar problemas de salud graves. PdC.

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