La Loca del Gato y otras

Wera, ¡deja de ladrar!

No sé si les ha pasado que de repente sus lomitos se ponen vueltos locos a ladrar, a veces de la nada, otras porque perciben a otro perro o… no sé, tal vez porque no tienen nada que hacer.

Este es el caso de Wera que a como le gusta salir como chiflido al pasillo y hacer su sinfonía de ladridos cuando oye que alguno de los perros de un vecino, que claro, también sale a ladrar a flor de hociquito.

De inmediato le ordeno que se calle y… lo hace, pero no sin antes dar sus últimos ladridos medio en bajo tono, yo creo que diciendo algo así como “no estoy de acuerdo, pero ok me callo” o tal vez otra cosa que mejor no digo.

En fin, dado que su ladrido no es molesto, pero solo que no me gusta que lo haga, corrí como siempre a ver a master Google y buscar por qué ladran y tal vez qué significa y nunca me queda mal, siempre me ofrece una variedad de páginas que a veces me vuelven loca.

Por lo pronto les comparto lo que encontré en purina-latam.com, acerca de por qué les gusta darnos su sinfonía de ladridos; que datito aparte, les comento que además tiene otros temas interesantes.

Mencionan que los ladridos de un peludo son para comunicarse, tanto con otras mascotas como contigo, aunque algunas razas lo hacen más que otras. Si nuestro lomito lo hace de vez en cuando, no hay que preocuparnos, como es el caso de la Wereja.

El problema surge si su ladrido lo hace hacia otros perros en exceso o de manera recurrente.  Aquí es cuando debes poner atención a este comportamiento, e identificar las posibles causas para ponerle remedio y evitar que lo haga en exceso.

Ahora veamos por qué pueden ladrar en exceso:

Estrés: se desarrolla cuando tu peludo considera que alguna de sus necesidades básicas no está cubierta (alimentación, paseo, juego o afecto) y utiliza su ladrido como una vía de escape para expresar su frustración.

Soledad: por ser animales sociales, habituados a convivir en manada y pasa mucho tiempo solo, es posible que tienda a los ladridos para expresar su malestar.

Problemas de socialización: cuando no socializaron correctamente de cachorros, generan miedos ante determinados estímulos del ambiente que los rodea (objetos, ruidos o personas) y responden por medio de ladridos.

Entusiasmo: hay lomitos que son más expresivos o excitables que otros. Suelen ser muy activos, y se emocionan ante la presencia de seres queridos o de otros peludos con los que tienen afinidad expresándolo por medio de ladridos.

Actitud “guardiana”: es propia de razas habituadas a desarrollar comportamientos de vigilancia, debido a su naturaleza, aquí son un signo de alerta.

Miedo: si ha sufrido alguna experiencia traumática, puede tener interiorizado el temor hacia determinadas situaciones o actitudes y al sentirse amenazado, utilice sus ladridos de manera recurrente para manifestar su sensación de peligro.

Relación con otros perros: cuando interactúan entre ellos, suelen manifestar reacciones diversas, asociadas a actitudes que van desde el juego hasta el establecimiento de jerarquías. Es importante que observes el origen del ladrido excesivo, cuándo se produce y ante qué tipo de situaciones.

No importa el motivo, corregir los ladridos desmesurados de un peludo requiere constancia y paciencia.

Veamos cómo podemos evitar que el Firulais ladre como si no hubiera un mañana o por lo menos minimizar el ladrido:

*Intenta que el lomito se sienta tranquilo y relajado, tanto dentro como fuera de casa. Recurre a las caricias y a los premios para que entienda que está seguro en cualquier espacio.

*No lo castigues ni lo regañes: trabaja este comportamiento desde el refuerzo positivo si no quieres aumentar su estrés y sentimiento de frustración. No se recomienda que lo acaricies si está ladrando por miedo, ya que al hacerlo le refuerzas que esto es correcto.

*Dale juguetes que disminuyan su ansiedad, y comparte experiencias con él. Pasear, practicar deportes juntos y hacer que descargue toda su energía, olvidándose de sus ladridos.

*Cuando observes que algún elemento o situación le provoca temor, intenta distraerlo con algo que le guste mucho (por ejemplo, con un premio o juguete) hasta que se tranquilice.

*No lo obligues a interactuar con otros peludos o personas si no lo ves receptivo. Fomentar la socialización y el juego con otros lomitos es fundamental para su bienestar, pero forzarlo puede llevar a que genere comportamientos agresivos y sus ladridos, incluso, sean acompañados por mordidas.

Los ladridos de los firulais no son fáciles de controlar, pero si éstos se vuelven excesivos lo mejor es acudir al veterinario de confianza para entender mejor a tu peludo y solucionar este problema.

Ya viendo todo esto la Wereja no es tan intensa en esto de la ladrada así que yo le voy a bajar tres rayitas a mi estrés.  Ahorita regreso porque la Wera ya salió toda empoderada a ladrarle a los perruchos de mi vecino que están bajando con su sinfonía a lo que da: “Wera deja de ladrar y métete”.

“Errar es de humanos, perdonar es de perros” – Anónimo.

Como siempre te deseo muchas huellitas 🐾🐾🐾 de amor en casa. PdC.

Escrito por La Loca del Gato 🐈 y Otras…

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