No por pequeñas inofensivas. Te las encuentras por todas partes. Igual en la calle que en los prados o en las macetas. Quienes las tiran o no saben todo el daño que hacen al medio ambiente o “les vale…”
Estamos hablando de las colillas de cigarrillos, que según dicen los expertos, son más contaminantes que los popotes de plástico. Estos diminutos residuos contienen hasta dos mil sustancias tóxicas que corrompen ocho litros de agua de mar y 50 litros de agua potable.
Leopoldo Benítez González, biólogo especializado en biotecnología ambiental señala que esos filtros son desechos que en México provienen de la boca de aproximadamente 13 millones de fumadores, y que en 2016 se tenían cerca de 221 toneladas o 50 mil millones de colillas.
Para ejemplificar el daño que estos desechos generan en la naturaleza, explica que el organismo microscópico Daphnia magna muere a los dos días de estar en contacto con agua contaminada por este residuo.
El contaminante tarda en fotodegradarse hasta 15 años, e incluso las colillas apagadas emiten el 14 por ciento de nicotina de una colilla encendida, según el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología.
Para evitar que las colillas de cigarros dañen la naturaleza y que las aves las lleven a sus nidos o las confundan con su alimento, el especialista sugiere utilizar botellas plásticas recicladas para depositarlas y no arrojarlas a las calles.
El experto señala que tan sólo una de ellas puede confinar miles de cigarros y evita la contaminación de millones de litros de agua y suelos superficiales, además de la exposición de gases tóxicos a los seres vivos, así como la transmisión de bacterias y virus. PdC.