Miscelánea

Será de aquí o será de allá…de dónde sea, rica la “Guajolota”

En una entrega anterior ya se escribió sobre este maravilloso manjar, les dejo la liga para que la lean https://platicasdecafe.com.mx/archivos/6230, que es una gran tradición “chilanga” y que todas las mañana siempre hay miles de personas que se paran a comer una rica torta de tamal en su puesto de confianza, acompañada de un champurrado o atole de los diferentes sabores que el “marchante” nos puede ofrecer y no solo eso, ya llegamos a tal perfección que ya lo nombramos como “guajolocombo”.

Pero como llegamos a nombrar “guajolota” a este gran alimento de los dioses, bueno, pues cuenta la leyenda, o la verdad no sé, que… de acuerdo con Infobae.com y por diversas fuentes, su procedencia podría tener al menos 200 años.

Y existen varias teorías. La primera de ellas narra, de acuerdo con la historiadora Sofía Guadarrama Collado, que su inicio fue en el municipio de Tulancingo, Hidalgo en donde la dueña de un puesto de comida ofreció una cena a sus clientes durante las fechas decembrinas.

Como platillo les sirvió una torta de enchilada, a lo que -con ironía- lo señalaron como su pavo o guajolote; comida favorita en la cena navideña.

Una reinterpretación de esta historia apunta a que fue un grupo de ingenieros los que acudieron a Tulancingo a realizar trabajos de electricidad durante la Navidad. Al estar hambrientos, se acercaron al puesto de comida de una mujer que ya no tenía mucho que ofrecerles, por lo que les sirvió la típica enchilada -la cual consiste en una tortilla frita cubierta de salsa y otros aditamentos- dentro de un bolillo; reveló el historiador culinario José N. Iturriaga para el sitio web Animal Gourmet.

Otra idea, indicada por Iturriaga como la verdadera, describe que la famosa guajolota nació en Puebla, aunque no precisamente como un tamal en medio de un bolillo, sino que se trataba de un pambazo con enchilada dentro, el cual era un alimento que comúnmente se degustaba en las tardes.

Indica el historiador, que los habitantes de la Ciudad de México tomaron el nombre para referirse a un alimento similar compuesto por masa dentro de masa: la torta de tamal, con la diferencia de que éste se consumía en las mañanas.

En cambio, para Sofía Guadarrama Collado escritora mexicana, ninguno de los antes mencionados tiene la solidez suficiente para ser consideradas como verdaderas.

Para la experta, la guajolota es un alimento chilango y mestizo por naturaleza, pues conjuga dos alimentos característicos de dos culturas, el “tamalli” mesoamericano y el pan de los europeos.

Otra teoría apunta que la palabra guajolota viene de huexolótl que significa “gran monstruo”, pues alude a un guajolote macho de gran tamaño. A estos animales se les engorda con maíz para su consumo, por lo que de ahí podría derivar el nombre de la torta de tamal, por monstruosa y con la cantidad suficiente para engordar.

A ciencia cierta no sabemos cuál es el origen de tan exquisito platillo que nos hace la mañana cuando vamos con prisa a la chamba o por el simple “gusto de darte el gusto”.

Lo importante es que todos lo hemos comido en algún momento de nuestra vida y el disfrutarlo no tiene precio.

Si no eres de “chilangolandia”, cuando nos visites no dejes de probar nuestro “fast food” callejero, no te arrepentirás, ya luego nos cuentas qué opinas de esta delicia.

Y bueno, para quienes viven aquí en la CDMX, les dejo esta sugerencia para mañana por si no les da tiempo de desayunar en su casa; yo por lo pronto ya pensé ir este lunes con Don Pancho a que me haga mi guajolocombo para empezar el día y la semana con toda la actitud y energía. CM/PdC.

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