Miscelánea

Caracol rosado, codiciado por su carne y hermosa concha

La caza furtiva es una gran amenaza para el caracol rosado o Strombus Gigas, que desde 1992 cuando fue incluido en el apéndice de especies en peligro de desaparecer, se continuó exportando más de 100 mil caracoles a diversos países.

El caracol rosado ha sido utilizado ancestralmente por el ser humano como alimento, instrumento musical, pieza de ornato y materia prima para la construcción de herramientas.

Su concha brillante y rosada, compuesta por carbonato de calcio, es usada para la fabricación de cal y porcelana. Su carne tiene 74 por ciento de proteínas y recientes análisis bioquímicos han revelado la presencia de una sustancia activa antibacteriana y antiviral.

Su codiciada carne y hermosa concha, ha provocado una sobre pesca y captura furtiva que han diezmado las poblaciones de Strombus gigas, por lo cual se pidió proteger bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010 a este molusco del Caribe mexicano.

La Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro, municipio de Othón P. Blanco, Quintana Roo, es el área de pesca del Caribe mexicano donde se cosecha más del 90 por ciento de la producción de caracol rosado del país.

La Carta Nacional Pesquera describe a la pesquería de caracol “en deterioro”, pues ni vedas, tamaño mínimo y cuotas de captura han frenado la presión pesquera y la captura furtiva que en los últimos años han sobre explotado las poblaciones de Strombus gigas en toda su área de distribución del Caribe.

Según el Centro para la Diversidad Biológica señala que desde que la especie fue incluida en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, en 1992, México ha exportado más de 100,000 caracoles a Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda, Alemania, China, Francia, Taiwán, Brasil y Alemania, entre otros países.

Y solo Estados Unidos ha importado más de 39,000 caracoles de México en la última década, por lo que el mismo gobierno del país vecino del norte está valorando la posibilidad de proteger al caracol bajo su ley de especies en peligro de extinción.

En Banco Chinchorro los pescadores tienen autorizada una cuota de caracol rosado de 9 toneladas por año, pero los cazadores furtivos extraen más de 50 toneladas.

Por eso se pide listar al caracol rosado en la NOM-059-SEMARNAT-2010, para emitir medidas y regulaciones que garanticen la sostenibilidad del molusco, incluso a través de áreas de refugio y vedas.

En tanto que, recientemente un grupo de investigadores de la UNAM patentó un método para incrementar hasta en 70 por ciento la sobrevida del caracol rosado utilizando unas microalgas que viven en simbiosis dentro de las larvas del molusco en sus etapas tempranas de vida.

“Se trata de buscar una forma de tener más éxito con la producción de caracol rosado, una especie sobre la que ha habido mucha sobrepesca, sus poblaciones han ido reduciéndose y no se está recuperando”, señala Anastazia Banaszak, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) y titular del proyecto. PdC.

Con información de la Gaceta UNAM y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

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