Si hablamos con un sentido espiritual, el águila es el símbolo de la altura y de la conexión con lo divino por su proximidad con el Sol. Esta ave representa el principio de la espiritualidad, por eso los indios norteamericanos usaban siempre plumas de águila para sus rituales y en su día a día.
Les ayudaba a conectar con lo espiritual; vuela tan alto que suele decirse que lo hace junto a los dioses, y ese sería el verdadero motivo de su sabiduría. Por su rapidez, vuelo intrépido y su vínculo con el fuego y el trueno, suele pensarse que aquellos que tienen el águila como animal de poder son valientes, fuertes y nobles.
El águila representa el poder, la sabiduría, el espíritu de la tenacidad. Aporta fuerza, vitalidad, renovación, nobleza, valentía. Quienes conocen a Liz Vega, estas son las cualidades que ven en ella.
Quizá por ello cuando se le preguntó con qué animal se compararía de inmediato y sin meditarlo tanto, dijo: “con una águila, siempre tratando de lograr nuevas altitudes y siempre volando, aunque en solitario…”
Pensante, delicada, femenina, con compromiso social, dice que para ella ser mujer significa un privilegio único y obligación con la humanidad y el planeta; con fortaleza, pero sin olvidar su sensibilidad.
Porque sin perder la esencia propia, las mujeres deben estar más unidas “para lograr propósitos comunes que nos beneficien” a todos, a nuestras familias, a la sociedad en general.
No obstante que hoy por hoy en nuestro país no existe seguridad para todos en general, pero sobre todo para las mujeres, y sentirse totalmente insegura, está “muuuy” a gusto con ser mujer, “no imaginó mi vida siendo de otro género”.
Sagaz como es, y aún en los tiempos agitados que vivimos, Liz no ve como desventaja ser mujer, ella considera que todo depende de cómo se esté preparada “y de la inteligencia emocional que utilicemos”.
“Podemos tener muchas ventajas en la vida y aún en el amor y la relación con la sociedad en la que vivimos”. Por eso es que avizora la vida de las mujeres como lo ha sido desde hace muchos años, de lucha para lograr empoderamiento, equidad de género “y de ahí apoyar a otras mujeres a nuestros hijos y a la sociedad en su conjunto”
Tan a gusto y segura de su género que nunca ha pensado en no serlo, pese a que le enoja las injusticias en empleos, sueldos, la inequidad, la inseguridad en que se vive hoy con tanta impunidad.
Pero el gusto de ser mujer está a prueba de todo. “Siempre segura de ser mujer”. Porque lo que le agrada de serlo es que “puedo ser “mano de hierro” por mi carácter, pero siempre “en guante de seda”. Lo dijo Margaret Thatcher, privilegiando mi inteligencia”.
Su larga trayectoria como comunicadora especialista en turismo que ha logrado por su tenacidad y sagacidad, se siente “muy satisfecha aunque siempre hay más para lograr”.
Dado que es toda una experta en el turismo, le fascina viajar, disfrutar de su familia y amigas, aunque le disgusta que en la etapa que se encuentra de su vida, todavía tenga tantas responsabilidades que le impiden dedicarse tiempo de calidad, muy merecido.
Por eso, si algo cambiaría de ella, es ser más disciplinada, “dividir mis tiempos, a veces creo que solo debo trabajar y olvido lo que me debo a mi misma como mujer y persona”.
Liz Vega, la mujer tenaz e inteligente termina su plática con nosotros con una reflexión sobre los momentos que vive nuestro país: “detesto la inseguridad sobre todo para las mujeres, la inestabilidad económica, la ingobernabilidad de este gobierno, la doble moral, la corrupción y un innumerable etcétera…” PdC.
Escrito por MM.