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Criptomonedas, en riesgo de desaparecer

Así como llegaron y luego de luchar por posicionarse están en riesgo de desaparecer.

Y es que solo los expertos saben qué son exactamente, cómo se manejan, para qué operaciones funcionan, pero para el común de las personas, unas desconocen su existencia, otras no entienden y no saben cómo usarlas.

Nos referimos a las criptomonedas.

Para los mortales que no sabemos qué es una criptomoneda, han de enterarse que en su portal, el banco Santander nos explica que es un activo digital que no existe de forma física, que se almacena en una cartera digital y que emplea un cifrado criptográfico para asegurar la integridad de las transacciones y no hagamos copias.

¡Ah!, y que las criptomonedas no tienen la consideración de medio de pago, no cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades públicas y no están cubiertas por mecanismos de protección al cliente.

Quizá sea por ello que este tipo de moneda está en riesgo de desaparecer. No lo sabemos, pero el investigador del Instituto de Matemáticas (IM) de la UNAM, Gilberto Calvillo, considera que uno de los problemas es que realmente nadie sabe quién compra o quién vende.

Si bien en los últimos años ha habido interés en las criptomonedas y su uso condujo a la generación de una crisis o burbuja financiera, el investigador considera que varios de los 12 mil tipos que se estima existen actualmente, desaparecerán.

En el mundo hay poco menos de 200 países, cada uno con una moneda, entonces hay 200 de curso legal; tener miles de criptomonedas carece de sentido, comentó ante académicos y estudiantes de México y Latinoamérica quienes participan en la Escuela de Finanzas organizada por el IM, unidad Cuernavaca.

“En contra de toda la ideología, el sistema financiero absorberá a muchos de los tipos de criptomonedas; es decir, las que subsistan serán las que están manejadas por bancos o bancos centrales. Independientemente se ve difícil que sobrevivan muchas de ellas”, señaló el exdirector del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Al ofrecer la charla “La burbuja de las criptomonedas”, el investigador enfatizó que no pueden ser consideradas dinero, pues éste tiene tres características ideales: ser un medio de pago socialmente aceptado, mantener su poder adquisitivo y ser fácil de usar (divisibilidad).

En cambio, las criptomonedas son activos con tres características: uno, son muy volátiles; segundo, no están respaldadas por nada, el dólar, por ejemplo, lo que lo respalda es que es una moneda de curso legal.

“Y la tercera es que realmente no dan un valor agregado, pues qué es lo que realmente produce, es en realidad como un supercasino, pues se usa más para especular”, detalló Calvillo.

A lo anterior se suma que no son un medio de pago socialmente aceptado, toda vez que solo las captan una porción de la sociedad.

Hace un año El Salvador se estrenaba como el primer país en declarar el Bitcoin como moneda de curso legal; sin embargo, los activos no pasaron la prueba de fuego, pues 70 por ciento de la población no los usa, el resto lo hace ocasionalmente y perdieron su valor, pues de los 100 millones de dólares que ese país invirtió, los activos solo valen 50 millones de dólares.

Calvillo comentó que uno de los inconvenientes que actualmente se ven en el uso de este tipo de activos financieros es que su uso implica la utilización de equipos electrónicos conectados las 24 horas del día, por lo que no son sustentables ecológicamente hablando.

Por ello, especialistas buscan el desarrollo de una contabilidad distribuida, que no esté en ningún punto central y que sea accesible para todos.

“Uno de los problemas de las criptomonedas, aunque quienes las inventaron y quienes las promueven lo ven como algo bueno, es que realmente nadie sabe quién compra o quién vende, por lo que la liga entre la persona real y quien hace la transacción no está clara y este es uno de los temas que se mencionan frecuentemente, porque podrían ser un medio para hacer transacciones por el crimen organizado, pero es muy difícil saber quién está metido y quién no”, alertó el doctor en Investigación de Operaciones por la Universidad de Waterloo. PdC.

 

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