Cultura

Ingenio, sátira y picardía, dan vida a la Calaverita

Como parte de las celebraciones de Día de Muertos, además de todos los elementos que conforman la ofrenda, algo infaltable son también las “calaveritas”, esos pequeños textos que quienes no somos poetas o escritores tratamos de escribir y que rimen.

¿Quién alguna vez ha tratado de hacer una calaverita?, quizá todos, pero no ha todos se nos da, hay quienes tienen mucho ingenio y lo logran y otros solo nos quedamos en el intento.

Pero te has preguntado ¿cuál es su origen? Esta expresión escrita está conformada por una serie de versos rítmicos cuyo elemento principal es la muerte vista desde la sátira, la picardía y la ironía, como señala un texto de la Casa Universitaria del Libro (CASUL).

Uno de los antecedentes más reconocidos de la naturaleza de la calaverita, se halla en uno de los textos más polémicos de la época novohispana: ‘La portentosa vida de la muerte’ (1792). De autoría del franciscano Fray Joaquín Bolaños.

En la obra de Bolaños, se visualizan una gran cantidad de elementos así como una lectura que “alterna lo solemne y lo chusco, lo trágico y lo cómico, lo terrible y lo grotesco” alrededor de una trama en la que existe una personificación de la muerte como un esqueleto que camina entre los vivos y retrata algunos eventos terribles de la historia.

Un texto que trató a la muerte “con gracejo” y al “hablar, coloquial, familiar vulgarmente” evocó una esencia satírica que ilustradores como Posada, utilizarían para ilustrar a “La Flaca”.

Fue a mediados del siglo XIX que la calaverita literaria como la conocemos tendría sus primeras apariciones, pues la censura de la época colonial prohibiría este tipo de publicaciones y versos en gacetas y medios impresos.

Estas calaveras literarias que publicaban en los medios impresos se conformaban de versos en los que se criticaba a la alta sociedad por querer asemejarse a las élites europeas y se inspiraban en los largos epitafios y las ostentosidades que portaban estas adineradas e importantes personalidades; a su vez, la crítica tenía una función de reclamar injusticias o buscar un bien común.

La existencia a través del tiempo de las calaveritas literarias también conocidas como “panteones”, ha sido larga y aún con todos sus vaivenes ha sobrevivido.

CASUL hizo un pequeño instructivo que compartimos contigo para que despiertes tu ingenio, afines tu gusto literario y le dediques a quienes más quieres (o no) una calaverita muy especial.

Guión de Calaverita Literaria:

*Escoge un tema, una persona, incluso una situación que capte nuestro interés. Observa con detenimiento los rasgos, las exageraciones posibles sobre el tema, empaparse de todo lo que implica dicha persona o situación nos ayuda a despertar los sentidos. ¡Entre más ridículo, mejor, así que anótalo!

*Lleva todo a la ultratumba, al más allá: Juega con las situaciones, con los rasgos, que sea pícaro, satírico, tal vez insultivo (sólo no te pases, por favor). Evoca todo esto a través de una rima, o de versos de similar tamaño, con un ritmo constante. Piensa siempre en cómo quieres que se sienta tu lector o la persona a quien dedicas tu calaverita y, sobretodo…¡Entre más creativa, mejor!

*Como recordarás, en tanto el origen de la calavera se relaciona con el epitafio, hay que hablar del vivo como si estuviera muerto, así como muchas veces puede ayudar el apoyarse en una situación del encuentro de una persona con La Catrina o La Flaca. Pero si te sientes muy Fray Joaquín Bolaños y quieres a La Muerte como personaje principal, aterroriza a tu público novohispano y ve a por ello.

*Finalmente queda escribir y borrar, enterrar viva la rima y decorar su ofrenda con metáforas hasta que nuestra obra esté lista. ¿No es perfecta? No importa, finalmente y como nos recuerda el escritor Adán Cabral Sanguino: “Lo importante es reírnos un poco de ciertos políticos funestos que han hecho de México un cadáver económico y social”.

Esperamos te animes, des rienda suelta a tu ingenio y nos dediques una “calaverita”. PdC.

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