Al Paciente con Amor

¿Se te ha subido el muerto?

Que levante la mano a quien no se le haya subido el muerto; casi todos en algún momento hemos experimentado esa sensación que nos provoca mucha angustia que a decir de la ciencia nada tiene que ver con el muerto.

Según los expertos dicha sensación no es otra cosa que un “despertar incompleto”, pero nos preguntamos ¿cuándo o cómo es que surgió este mito?

De acuerdo a la publicación de la Gaceta UNAM, el origen de esta creencia viene desde la Edad Media, cuando la parálisis del sueño recurrente se representaba mediante las figuras del íncubu y súcubu, demonios de leyendas medievales, y por tanto no lo describían como un trastorno del sueño, sino como un fenómeno mágico–religioso relacionado con la hechicería o posesión demoniaca.

Posteriormente alimentó el mito del vampirismo, y recientemente las abducciones alienígenas.

A lo largo de la historia cada cultura le ha dado distintas explicaciones y ha sido representado en el arte a través de pinturas como La pesadilla de Henry Fuseli, y en la literatura por Herman Melville en su obra Moby Dick.

En la actualidad y desde la evidencia científica se dice que se trata de “un despertar incompleto” derivado de una yuxtaposición entre la atonía del sueño MOR y las alucinaciones que lo caracterizan con el estado de despierto.

La ciencia explica que existen tres formas en las que se puede manifestar este trastorno. La primera es con la sensación de opresión o dificultad respiratoria; la segunda, cuando se presentan alucinaciones y llegan a visualizar sombras; y la tercera de vértigo, en la que la persona tiene la sensación de que todo gira a su alrededor al estar en la cama.

Se trata de un trastorno que provoca inmovilización o que las personas no puedan hablar en el momento que tratan de conciliar el sueño o cuando están despertando.

La situación es que cuando una persona afirma que “se le sube el muerto”, se trata de un trastorno del sueño conocido como “parálisis del sueño”, que es común entre la población (sobre todo en aquellas personas con turnos cambiantes como médicos, enfermeras, vigilantes de seguridad o soldados) provocándoles inmovilización o que no puedan hablar en el momento que tratan de conciliar el sueño o cuando están despertando.

Como ven, nada tiene que ver con el muerto, ya respiren profundo y duerman con tranquilidad. PdC.

 Foto de Ivan Oboleninov.

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