En cuestión de sismos, con solo recordar la fecha que ya se ha convertido en fatídica, nos hace temblar. Afortunadamente gracias a las investigaciones de los expertos, si no se pueden evitar, sí detectarse.
Por eso es que investigadores mexicanos mediante el monitoreo buscan tener más información de eventos de baja magnitud conocidos como “enjambres sísmicos”; especialistas que también consideran necesario incrementar el número de redes y estaciones de monitoreo sísmico en nuestro país.
Es así como a fin de monitorear y estudiar el fenómeno sísmico en las zonas centro y norte del país, la UNAM, a través del Centro de Geociencias (CGEO), ubicado en el campus Juriquilla, estableció la Red Sísmica Permanente de Querétaro.
No obstante que esta Red ayuda a caracterizar, principalmente, los sismos de Querétaro, también tiene la capacidad para registrar temblores de Veracruz, Nuevo León, Aguascalientes, Hidalgo, San Luis Potosí y el Estado de México, siempre y cuando rebasen una magnitud 4.5.
“Además, estamos expandiendo y complementando la Red con acelerómetros de bajo costo que hemos instalado en estaciones en Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas y Colima”, explicó el coordinador de la Red, Víctor Hugo Márquez Ramírez.
La Red está integrada por 10 estaciones de banda ancha y de periodo intermedio, las cuales detectan movimientos telúricos fuera del estado, a partir de magnitud 4.5 en el país y 5.5 a nivel global.
Asimismo, con 20 acelerómetros de bajo costo se podrán caracterizar los movimientos del terreno, principalmente en zonas urbanas, causados por actividades humanas como el tráfico, el impacto de importantes fuentes de energía.
El uso de varios equipos permite establecer su relación con el hundimiento en áreas urbanas y su efecto en la infraestructura.
Con la red de Querétaro también se busca mejorar la información hacia la población en general, desplegar instrumentos en escuelas, divulgar la importancia e impacto del estudio de la sismicidad en México, entre otros aspectos, refiere el experto. PdC.