Cuando un paciente de cáncer se somete a tratamientos con quimioterapia algunos de los estragos que produce en su cuerpo es la caída de pelo que comúnmente empieza por la cabeza, las cejas o las pestañas, generando en la persona un impacto emocional.
Actualmente existen técnicas de maquillaje que pueden ayudar a disminuir el impacto que implica mirarse al espejo y ver que poco a poco van desapareciendo las cejas.
En algunos países como España, existen clínicas que se especializan en estas técnicas, pero sobre todo dirigidas a personas con cáncer, ya que no es lo mismo hacer una micropigmentación o un microblading a una mujer sana que a una paciente con cáncer.
En este caso abordaremos el microblading que de acuerdo al Instituto de Medicina EGR, en Madrid, es una técnica de maquillaje semipermanente, cuyo objetivo es corregir o reconstruir completamente las cejas, realizando pelos con un efecto natural.
El microblading permite rellenar, dar forma, espesar y oscurecer las cejas. La técnica consiste en realizar pequeños cortes muy superficiales a los que se le aplica el pigmento, para realizar los trazos del pelo.
La técnica que consiste en dibujar cada pelo de manera independiente consiguiendo un efecto visual “pelo a pelo”, es más superficial, dura de nueve a 12 meses siempre y cuando se realice una sesión de repaso al mes de la primera sesión, aunque también depende del tipo de piel y cuidados posteriores.
El microblading es menos doloroso que la micropigmentación y los resultados son más naturales. Aun así, el microblading puede ser un poco molesto y doloroso, dependiendo del umbral del dolor de cada persona. Para disminuir el dolor, se emplea pomada anestésica.
En su portal, el instituto explica que son necesarias dos sesiones de 45 a 60 minutos cada una. En la primera sesión se realiza una prueba para descartar alergias a los pigmentos utilizados. Se realiza una simulación con un lápiz para ver qué forma de cejas se adaptan mejor al rostro, y se procede a la realización de la técnica.
Al cabo de un mes, debe realizarse una segunda sesión de retoque para completar las zonas que hayan podido quedar sin pigmento o donde se haya perdido el color.
Los cuidados posteriores a las sesiones serán el no rascar la costra, evitar saunas y piscinas los tres primeros días, mantener la piel muy hidratada, no exponerse al sol directa en los primeros 15 días, usar protección solar, lavarse con jabón neutro y aplicarse una crema cicatrizante.
Con el paso del tiempo el color puede desvanecerse o tornar hacia colores rojizos, todo esto depende del fototipo de piel, la exposición al sol y a factores ambientales. Se recomienda el repaso anual para tener el color en óptimas condiciones.
En el caso de los pacientes con cáncer el microblading se debe realizar antes de someterse a la quimioterapia para que no se pierda la forma y densidad de la ceja.
Cabe destacar que esta técnica está totalmente contraindicada en el embarazo y en pieles con psoriasis. PdC.
Foto de Engin Akyurt.