Aun cuando en nuestro país no se registran megaincendios, pero si conflagraciones pequeñas y frecuentes, éstos también tienen impactos negativos que afectan a la población en donde estos ocurren.
Los megaincendios forestales son fenómenos peligrosos con graves efectos ambientales, sociales y económicos. Los siniestros pequeños por su ocurrencia tienen mayor cantidad de impactos negativos.
Por ejemplo, pueden causar la muerte de personas y problemas de salud por el humo emitido, así como efectos devastadores en los ecosistemas con una reducción de la biodiversidad, tanto de plantas como de animales.
Además de una tardía recuperación de los ecosistemas, que puede durar varias décadas dependiendo de la intensidad de la afectación, señala Christoph Neger, investigador del Departamento de Geografía Social del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM.
Durante la conferencia “Los megaincendios forestales en México, sus impactos ambientales y sociales”, Lilia del Carmen Manzo Delgado, investigadora del Laboratorio de Análisis Geoespacial de esa entidad académica, comenta que en general los siniestros son propiciados por las sequías, la alta acumulación de material combustible (pastos, hojas y ramas secas), especialmente tras el paso de un huracán.
Los especialistas también estudian la relación de estos eventos con la variabilidad climática (por ejemplo del fenómeno El Niño/Oscilación del Sur), pero aún no tienen resultados claros.
A su vez, José Francisco León Cruz, investigador del Departamento de Geografía Física, comentó que también la caída de rayos y las tormentas eléctricas pueden ser iniciadores del fuego.
Aunque no hay una tendencia en el país a la ocurrencia de megaincendios, en este año pueden ser favorecidos por el estiaje más largo, razón por la cual se necesita mayor inversión en áreas preventivas.
En 2023, prevalecerá El Niño/Oscilación del Sur en su fase negativa (lo que se conoce como La Niña), por lo que habrá menos lluvias, además de que la sequía de años anteriores acumula combustible sobre la superficie del terreno.
Los científicos comentaron que los principales ecosistemas afectados con los megaincendios son los bosques templados de pino y encino (de 35 a 50 por ciento), seguido por matorrales (13 a 29 por ciento) y menores en áreas adaptadas al fuego.
En las selvas húmedas solamente repercute al cinco o seis por ciento, pero los impactos son graves por la gran biodiversidad de especies.
Sea cual sea las causas de los incendios, es importante que la ciudadanía en general no encienda fogatas ni lance colillas de cigarro prendidas en el campo, porque se pueden encender las hojas secas acumuladas y provocar un siniestro. PdC.