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Desprendernos del ego para alcanzar la felicidad

Todos andamos siempre en busca de la felicidad. Consciente o inconscientemente, la felicidad se ha convertido en el objetivo principal de nuestra vida. Pero, ¿crees que se pueda alcanzar?

Si nos desprendemos de nuestro ego y hacemos introspección, esto nos podría ayudar a lograr una sensación de bienestar que nos haga sentir que somos felices.

Investigadores franceses desarrollaron un modelo para alcanzarla basado en la filosofía milenaria budista. Se trata del “Modelo centrado en el ego desprendido” que se enfoca en la búsqueda de la reducción del egocentrismo.

Un modelo basado en años de introspección, de trabajo interno, en la que a través de su propia práctica de ensayo y error y pasándola de maestro a discípulo, han podido constatar que la introspección ayuda a tener una sensación de bienestar y una vida más satisfecha y plena.

Las culturas actuales son totalmente egocéntricas, se nos ha fomentado satisfacer el yo y gratificarnos todo el tiempo, lograr un funcionamiento hedónico, siempre con el objetivo del placer, así como la gratificación (entre más inmediata mejor) y evitar los estímulos desagradables, así como generar aversión hacia cualquier cosa que pudiera ser incómoda.

El modelo propuesto se encuentra estrechamente ligado con el altruismo y la compasión, explica Ana Beatriz Moreno Coutiño, profesora del Posgrado de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

“Esto es muy importante porque se han hecho estudios con líderes de empresas trasnacionales sobre qué es la felicidad y si está ligada a tener poder, dinero y éxito, pero la mayoría no alcanza la felicidad.

Unos pocos sí la alcanzan porque dedican gran parte de su trabajo y de sus acciones hacia el bienestar de los demás. Han llegado a la cúspide y desde ahí se preocupan por el bienestar de los demás”, señala la psicóloga.

Quienes se mantienen en el esquema de acumular más logros sin ver por los demás, no pueden ser felices. “Esta parte del altruismo está íntimamente ligada con la felicidad”.

Las culturas milenarias budistas asiáticas decían que no hay mayor felicidad que el servicio a los demás. “Está probado que sí tenemos esa cualidad”.

Este modelo ofrece una felicidad más auténtica y duradera; se relaciona con la paz y con la serenidad. Genera estados de bienestar que no dependen del contexto ni de factores externos para desarrollarse. Las personas que lo llevan a cabo tienen una práctica personal en sus estados emocionales que aprenden a regular.

Moreno Coutiño refiere que es un control, un lugar más parejo, y se logra mediante la meditación de mente en calma.

Basado en esta filosofía, imparte desde hace ocho años el Seminario de Atención Plena Compasiva en el Posgrado de la Facultad de Psicología de la UNAM.

“Hemos aplicado esta técnica en hospitales con mujeres embarazadas con ansiedad, en pacientes con dolor crónico, en obesidad mórbida, en consumo de sustancias como tabaco y crack, en pacientes con asma y todos con muy buenos resultados”, comenta la especialista. PdC.

 Foto de Polina Tankilevitch.

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