La Loca del Gato y otras

¡Firulaaaais! te estoy hablando, hazme caso

Muchos lomitos, a pesar de que uno es buena onda con ellos, nada más no hay poder humano que haga que nos “pelen”; ni por la buenas ni por las malas nos hacen caso a pesar de que los llamamos con amor.

Así que por aquí les damos unas recomendaciones que encontramos en Petuku.com para que por lo menos nos vean.

Una pregunta que nos hacemos es ¿por qué esta bola de pelos no me hace caso?, situación que puede volverse frustrante y agotadora para nosotros, pero no solo eso, y es que una mascota que no obedece puede ocasionar un accidente en cualquier momento o darnos un susto desagradable.

Lo primero que debemos saber, es que la culpa de que un lomito no haga caso es nuestra. Casi siempre se relaciona con una mala comunicación que genera que ellos no sepan comportarse de forma adecuada y no acate los llamados de atención.

Entonces, cuando quieras saber cómo hacer que el firulais te haga caso, ten en mente que se trata de comunicación. Para conseguir una mejora en su conducta, es necesario trabajar en cómo nos relacionamos con nuestras mascotas.

Ahora que ya aclaramos la importancia de comunicarnos mejor con nuestra mascota, es momento de trabajar.

Purina Pro Plan da una serie de recomendaciones que te ayudarán a tener una relación más cercana con tus peluditos.

Cultiva el vínculo afectivo

Es necesario recordar que un peludito no solo necesita comer, bañarse y pasear. Ellos también se perciben como miembros de nuestra manada, por lo que es necesario desarrollar un vínculo emocional cercano y saludable. Para conseguirlo, lo mejor es dedicarle más tiempo, jugar y demostrarle cariño.

Comprende mejor sus necesidades

Otra cosa que solemos ignorar cuando preguntan cómo hacer que mi firulais me haga caso, son sus necesidades. Cada mascota tiene una serie de cuidados que requieren ser satisfechos para que estén sanos física y mentalmente. De esta forma, ellos estarán en mejor capacidad de atender a lo que decimos.

Trabaja en tu rol de líder

Siguiendo esta línea, recuerda que los ellos son animales sociales y una de sus necesidades, es el liderazgo. Para poder demostrar tu posición, es importante comenzar a trabajar en reglas para ellos.

Esto no quiere decir que debas castigarlo e intimidarlo, de hecho, podría ser contraproducente. Sino más bien establecer límites claros y ser firme.

Recuerda adiestrar en positivo

Castigar y amedrentarlos solo dará como resultado una relación basada en el miedo. Y es algo que puede terminar volviéndose en tu contra a futuro. Contrario a eso, lo mejor es establecer límites claros y reforzar positivamente cuando los respete. Es una de las claves más importantes cuando quieres conocer cómo hacer que tu perro te haga caso.

¿Y cómo hacemos esto si no funcionan las recomendaciones?

Los tips que mencionamos antes, son consejos que pueden servir para mejorar la relación con tu mascota. No obstante, es esencial señalar la posibilidad de que no sean suficientes para cambiar el comportamiento de esa bola de pelos.

El blog Simiperrohablara.com nos recuerda que el lomito no es una persona, y no comprenderá del modo en que lo hacemos nosotros. Se requiere de mucho compromiso, paciencia y constancia al momento de entrenarlo para conseguir resultados.

Por último, puede que los esfuerzos que realizamos por nuestra cuenta no den el efecto deseado. Entonces, es recomendable buscar ayuda de algún entrenador profesional o una escuela de obediencia. De esta forma, podríamos conseguir la orientación que buscamos respecto a cómo hacer que nuestro perro nos haga caso.

No desesperes, ni te estreses en verdad con paciencia, cariño y calma vas a lograr que este pillo o pilla se comporte. Lo importante es ser constante y no hacerlo un día sí y otro no.

En nuestro caso Maya y Wera lo general son obedientes, aunque hay momentos en los que están tan felices pasando un gran momento que no “pelan” la orden de a casa y hay que ser un poco más estrictos.

Y en cuanto ven que uno va decidido a traerlas de la oreja, corren como desquiciadas con cara de “me hablabas a mí, perdón no te escuché, pero ya voy a la casa…” y llegan con una gran sonrisa moviendo su colita y no queda más que dejar que pasen corriendo a la puerta del edificio y suban como locas a la puerta de casa y esperar a que se les limpien sus patitas para entrar a su “sacrosanto hogar”.

“No hay malos días si en casa tienes a un perro esperándote.” – Anónimo.

Como siempre te deseo muchas huellitas 🐾🐾🐾 de amor en casa. PdC.

Escrito por La Loca del Gato 🐈 y Otras…

Foto de Torsten Dettlaff.

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