Al Paciente con Amor

Bullying: comportamiento aprendido en la familia

El bullying no es espontáneo, no es que surja de un día para otro; se trata de un comportamiento aprendido en casa, en donde no se ha educado a relacionarse entre iguales en el entorno familiar, vecinal, comunitario, laboral, etcétera.

Una persona que sufre y ejerce bullying generalmente ha vivido ese tipo de relaciones en su familia, señala la coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Violencia Escolar de la UNAM, Nelia Tello Peón.

Explica que el acoso escolar es una forma específica de violencia continua entre iguales, caracterizada por una relación de dominio y sumisión con un vínculo de orden emocional presente.

No se trata de un hecho aislado, sino que acontece de forma persistente y provoca ansiedad en los participantes.

Por lo general el agresor está rodeado de un grupo que lo sigue, apoya y lo hace más fuerte en la presencia del acosado. Este fenómeno, reitera la experta, es de siempre por la presencia de una persona fuerte y una débil.

Parecía que este fenómeno tenía su máxima expresión en el nivel secundaria. Sin embargo, se registra además en las primarias, con otras formas y expresiones, quizá con menos intensidad emocional, así como en el bachillerato y las universidades. Ahora que lo reconocemos vemos que se ha extendido y hay que preguntarnos por qué, alerta Tello Peón.

Llena de angustia a la víctima

El acoso escolar tiene raíces en este ambiente que vivimos, en una sociedad violenta en donde la muerte, el balazo y los jalones de cabello se presentan a diario, destaca la académica.

En el pasado, esta práctica concluía junto con las clases, pero ahora, debido a las redes sociodigitales, prosigue, se hace grande y llena de angustia la vida de la víctima. “El anonimato, las redes, la rapidez con que ocurre, ayudan a su crecimiento”.

El acoso, acota la académica, está tipificado como un delito en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, donde también se establecen sanciones. Esas situaciones deberían estar bajo control social, pero como así no ha funcionado, se han vuelto de control legal.

Para prevenir el acoso escolar se requiere que haya suficientes docentes y un equipo de atención multidisciplinario; es decir, a los profesores se deben sumar psicólogos y trabajadores sociales capacitados, como establece la Ley.

“Hemos insistido que todas las escuelas deben contar con un trabajador social, porque los problemas que suceden ahí son sociales, y atender a tiempo los conflictos, antes de que sean noticia y escándalo”. En tanto, los padres de familia y el resto de la sociedad deben dejar de guardar su indignación en lo personal y volverla colectiva. PdC.

 Foto de Keira Burton.

Deja un comentario

Your email address will not be published.

Te puede gustar